Cinco relatos cortos apenas esbozados
Por Carlos Frühbeck
1.
hablas de esperas de ceniza
que se derrama sobre el lienzo
de una canción deshabitada
en una habitación cerrrada al mar
las persianas cerradas a la voz
que no aprendió a llamarnos
tan sólo este murmullo
a barro seco
a vaso que se rompe
sobre el recuerdo de tus padres
tantas palabras que has perdido
tanto dolor que has derramado
de una canción deshabitada
como una caracola dibujada
en que se escucha el gesto de otras manos
porque quisiste oír el mar
2.
salvaje eres raíz y tallo roto
como palabra que se vuelca
y se hace añicos di, dolor
nunca en la página, jamás
azul
en estos labios dolorosos
como la vida que se vuelca
ah, no pertenecer, ser solo en niebla
que alguien representa con su vida
que alguien baila sombra escrita
de un lienzo helado
pero el abrazo de mujer
la huella sangra sobre el pecho
pero la luz
pero la muerte
salvaje eres raíz no vida seca
3.
Mira tus manos, su lectura
el alga ausente de otro cuerpo
la fiereza del dios
de las canciones
la lluvia sin embargo se pronuncia
en la ventana que se cierra
dime si sabes invocar
tu propia muerte si pronuncias
el alga fiera de otro cuerpo
afuera llueve y tu respiras
la piel escrita de tus manos
en otro cuerpo
el labio azul el péndulo
es el vacío tú respiras
4.
Carne y derrota tú has nacido
como simiente de la cal de
hablabas de las grietas de las ruinas
centinelas sin rostro nos nacieron
nos bautizaron
de las ruinas
que hemos brotado sobre el cielo escrito
como una maldición
no te mereces esta vida
no te mereces el desolado amor de tanta ruina
ni la ventana abierta
ni un dios gótico
que modela con su acento arco afilado
que entre el aire
que nos arrastre
no significas nadie todas tus huellas
siempre la noche
que nos huya
y sin embargo
5.
Caligrafía
sobre el polvo
y la provincia llama al viento
caligrafía
sin miradas
que espera viento y muro
y la provincia grita remolina
eternidad de tabla rasa
olvida quien merece oh ya soy libre
porque ha llegado el viento
se vacían los ojos de los puentes
y las farolas que te alumbran
no hay anciano ni huella en los paseos
oh luz de la ciudad
de la boca pequeña
el áspid enroscado el árbol seco
oh la hermosura de las piedras
oh la vejez qué peso hermoso
caligrafía que ahora cruje oh la corteza del otoño
un dios sin lengua un dios vacío
caligrafía y remolino porque el viento
amar el polvo que se eleva porque
donde antes hubo signo y la caricia
que ya no significa
porque el viento
Excelente.
Gracias, Adriana.