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Esther Regina: una fragilidad de hierro. Luis Muñoz Díez habla con la actriz de Ispansi.

Entrevista de Luis Muñoz Díez.

Fotos de Pablo Ávarez.

Esther Regina es una mujer delicada y fina como una porcelana, pero no se engañen, dispone de una fuerza y un tesón inquebrantable, similar al del personaje al que da vida en la película ISPANSI, dirigida por Carlos Iglesias. Tiene las ideas muy claras, madrileña de nacimiento y con vocación de actriz desde siempre, se matriculó en la Complutense para estudiar Filología francesa, continuó sus estudios en Metz, Francia, y los remató en la universidad de Saarbrücken, Alemania. Primero, dio clases en la universidad y, después, se pasó a la traducción, hasta lograr un puesto de funcionaria en la Unión Europea. Era el momento de descansar, pero no, Esther Regina no había abandonado la idea de ser actriz, sólo la había aplazado, y siguiendo a rajatabla el consejo de “si tus planes están en las nubes lo que necesitas son patas que lleguen al suelo”, continuó, concienzudamente, con su formación como actriz, y cuando se vio preparada fundó el grupo de Teatro Español de Bruselas con Pollux Hernúñez.

Eres un ejemplo de vocación tenaz.

La vocación la había tenido siempre, pero me inculcaron “tú, una carrera”, y tampoco había nada en mi familia que me alentara. Lo dejé todo a un lado y ya, cuando pude, pues lo hice.

¿Cómo se pasa de funcionaria de la Unión Europea a actriz?

Lo primero, estudiando teatro. Conocí a Pollux Hernúñez, que tenía su compañía en Luxemburgo y se vino a vivir a Bruselas. Pollux, es un hombre de teatro de toda la vida, excelente traductor de los clásicos. Ha traducido a Ovidio, a Jonathan Swift y a muchos otros, y tiene una carrera muy importante en Bruselas en la compañía que cofundé con él.

¿Cuándo vienes a España?

Vine, porque me di cuenta que no podía seguir compaginando las dos cosas, el teatro y la traducción. En el teatro, eran muchos días, muchas horas de ensayo y terminar tarde cuando había representaciones. La grandísima suerte que teníamos es que llenábamos un aforo de doscientas butacas durante diez días seguidos sin parar. Es un lujo, y es cuando tomé la decisión después de pensármelo mucho, y decidí que tenía que dedicarme al cien por cien a esto, que es lo que me gusta, y Pollux me alentó muchísimo, me animó, me dijo lo mismo que me ha dicho Carlos Iglesias, fue idéntico: te has dado cuenta tarde o has reaccionado tarde para hacer lo que verdaderamente te gusta, hay que actuar rápidamente. Y me vine a España.

Lo bueno de ser actor es que siempre hay papeles para todas las edades, y en teatro ya ni te digo

Yo, todavía alcancé a hacer doña Inés en Bruselas

Puedes hacerla eternamente. Doña Inés, la hizo Margarita Xirgu durante toda su larga vida de actriz, y la Espert se atrevió, no ya con doña Inés, si no con don Juan.

Sí, Margarita Xirgu la represento toda su vida.

Tu primera película es El cónsul de Sodoma. Una película sobre el poeta Jaime Gil de Biedma que levantó mucha  polémica y para mí cautivadora.

A mí me gustó muchísimo y trabajé muy a gusto con Sigfrid Monleón. Nos hemos hecho amigos y le estoy muy agradecida a él y a Pep Armengol. Me gustó mucho el proyecto, y, como Sigfrid, creía en él. Me parece una película bellísima, muy delicada y yo estoy muy contenta de haber trabajado en ella, porque acompaño a Jordi Moya, al cónsul, durante toda su vida. Soy su secretaria personal. Fue una experiencia muy grata.

Fue una película muy polémica porque muchos de los que salen en ella están vivos, como es el caso de Juan Marsé, y cada uno tiene su particular punto de vista.

Es una película muy bonita y hecha con muchísimo rigor, aunque también levantó mucha polémica porque, al cien por cien, no se pueden reflejar todos los datos y personajes, pero aún así es una película muy fiel a la realidad del poeta. He tenido la suerte de trabajar en cine con tres directores muy sensibles y en un ambiente muy bueno, como cuando rodé Óscar, una pasión surrealista, con Lucas Fernández.

El tercero es Carlos Iglesias. Ruedas con él Un franco, catorce pesetas, llave y oportunidad para que Carlos confíe en Ispansi, donde eres la auténtica protagonista ¿Entendiste al personaje? ¿Té costó entrar en él?

Claro que lo entiendo, lo siento y lo tengo dentro de mí. Creo que ya para siempre soy Paula-Beatriz, y tengo que vivir con esta dualidad, como ella tuvo que vivir con su doble identidad, de ser Paula y Beatriz. He  pasado muchos años con ella, no fue sólo la preparación del rodaje. Fueron tres años y medio. Tres años y medio conviviendo con ella. Cuando leí el guión, y no sé si tendrá sentido pensé: c´est moi. Yo veía una proyección mía, que igual era totalmente subjetiva, pero yo veía mucha similitud con ella. Le dije a Carlos “gracias por haberme dejado leer el guión. Paula soy yo, y voy a hacer todo lo que esté en mi mano como actriz para conseguir ese papel. Si vas a hacer casting, yo quiero hacerlo, quiero estar ahí”. Él me dijo “pues muy bien, porque yo también había pensado en ti”. Esto fue hace casi cuatro años. Ha sido mucho tiempo sujetándome, porque podía suceder que la crisis se llevara la película por delante y que por imperativos de producción se llevara el papel una actriz con una cara conocida.

Pocos papeles se dan, para que una actriz tenga la oportunidad de interpretar a un personaje que esconde a otro, y desde los veinte años hasta que muere. Pero yo no me imagino ya a Paula con otra cara que no sea la de Esther Regina.

Yo tampoco.

Estás nominada para el premio de la Unión de Actores como mejor actriz.

Sí, de momento es una nominación. Pero si me dieran el premio sería devolverle el regalo a Carlos, porque apostó por mí y era una apuesta muy arriesgada. Quiero agradecer a los compañeros que me han dado su apoyo, también me gustaría destacar mi agradecimiento a los que han confiado en mi, desde el principio, fuera y dentro de la profesión, entre otros, a Carlos Manzanares, director de casting, que ya hace años me ofreció una serie de televisión, porque aquello contribuyó, sin duda, a darme a conocer en un momento en que no me conocía nadie y yo no conocía a nadie en este país.

Una nominación es ya un premio.

Tiene para mí mucho valor porque es de los compañeros. Ha sido como sentir una palmadita en el hombro y que me digan “anda, sigue, que lo estás haciendo bien”.

Esther, te voy ha hacer una pregunta que hago a todo profesional con el que hablo. ¿A ti cómo te gusta ver las películas, en casa calentita, en zapatillas, o en una sala de cine?

En una sala de cine. Hay una dimensión distinta por el hecho de entrar en una sala de cine, sea con palomitas o si ellas. A mí eso me da igual, es entrar a entregarse a un espectáculo, y ya la disposición es distinta. Es un acto voluntario, activo. Además, yo creo, y estoy convencida, que hay otro fenómeno que se produce: el hecho de estar con otros individuos. Se establece una comunicación que se transmite sin que haya nada verbal. Es algo que estamos haciendo todos, una misma cosa, y es una energía que genera una vocación unívoca que es ver esa película, y eso es otra cosa completamente distinta y que no tiene nada que ver con el DVD ni con la televisión.

Por lo que veo eres de los míos.

Hay que ir a una sala de cine a ver la película, y cuanto más grande sea la pantalla  mejor. Ispansi hay que verla en pantalla grande. Yo la he visto muchas veces, cuando se ha hecho los pases para la Unión de Actores, en pantalla de televisión. Y es que no hay color de verla en una pantalla como la del cine Capitol de Madrid el día del estreno. Percibes unos detalles, una intensidad del sonido, de la luz, ya que la fotografía es fabulosa, no se transmite lo mismo. Sin hablar de los paisajes naturales que son fabulosos.

En Ispansi los espacios naturales también son protagonistas de la película, porque el frío y el viaje es lo que abate y doma a los personajes, como en los Westerns, describe esa insignificancia en la que se convierte el ser humano cuando se enfrenta al rigor de la Naturaleza, y eso no se ve percibe en televisión.

El paisaje es bellísimo y terriblemente hostil. Sí, se podría decir que es un protagonista.

El motiva los encuentros y los desencuentros de los personajes.

Sí, hay que proteger a los niños del frío que se están muriendo de hambre, de tisis. Estaban, en la realidad, a cuarenta grados bajo cero. Es un elemento que va dando forma y haciendo avanzar a la propia narración. Hay que salir porque ya no hay alimento, porque los persiguen los nazis. Abundando en el tema de ver la película en el cine y no en televisión, en el caso de Ispansi no sólo se aprecian mejor los paisajes, la iluminación y la fotografía de Tote Trenas, como hemos dicho antes, también la música tan hermosa de de Mario De Benito. En televisión, se diluye la capacidad interpretativa de los actores, las miradas sutiles no se ven, y no sólo las sutilezas en el trabajo de los actores, también el gran esfuerzo de vestuario de Eva Arretxe, la caracterización, el maquillaje y el vestuario. En las salas hay palpitación y pulso.

Las mujeres son muy fuertes en esta historia. La madre de Paula-Beatriz controla todo en la secuencia de la iglesia, y nos hace a adivinar que algo pasa, sutilmente, sólo con la mirada a las milicianas.

Sí y las actrices que las interpretan son magníficas, Eloisa Vargas, Isabel Blanco, Isabelle Stoffel, y ellos han sido también unos magníficos compañeros Iñaki Guevara, Bruto Pomeroy, José Felipe y Doris Dragos. Carlos, tiene una capacidad aglutinadora que ha conseguido que trabajemos muy a gusto todos los actores, y no sólo en el plató. Hemos trabajado el guión, hemos hecho ensayos, y a esa compenetración también ha ayudado el estar rodando fuera, hemos hecho hasta turismo los fines de semana. Nos hemos ayudado mucho unos a otros.

De cada persona con la que hablo me quedo con algo y, sin duda, de Esther Regina lo que más me ha subyugado, aparte de su belleza y su preparación, es su capacidad de haber sabido aplazar una decisión y su capacidad de cambiar las cosas. Poner a los sueños, no ya patas, sino raíces, desmintiendo la falsa creencia vital, que tanto nos visita, de que ya es tarde. Está claro que cuando realmente se quiere algo y te preparas siempre hay tiempo, por eso me quito el sombreo ante Esther Regina.

Esther Regina con Luis Muñoz Díez

Agradecemos al Hotel Petit Palace Arenal, el habernos dado un marco magnífico para esta entrevista.

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