Lady Gaga, ¿nacida así?
Por Enric Zapatero.
El fenómeno Gaga no conoce límites. Podríamos perdernos en números y records para contar lo que ha significado el lanzamiento de su nuevo single, Born This Way. Una minuciosa campaña de márketing que empezó hace un año, el día que ella decidió soltar gotitas de información poco a poco. Primero, el título del single; más tarde, el estreno del estribillo cantado acapella por ella mientras recibía, llorosa, un premio MTV enfundada en su famoso traje de bistecs. Filtración de la letra mediante Twitter y ahora, con el estreno del single, se abre oficialmente la etapa de promoción de su segundo álbum.
Pero como le pasa a toda estrella, la polémica siempre persigue. A veces merecida, a veces no. En este caso la controversia no viene dada por declaraciones milimétricamente analizadas, o por estilismos que desafían a la gravedad y a los defensores de los animales. En esta ocasión le han dado dónde más duele: en su música.
Recordemos un poco la evolución de Lady Gaga en estos 3 años que parecen una década: su primer álbum, The Fame, cosechó un éxito indiscutible, pero la crítica lo valoró como un disco pop más del montón. Y de hecho, hits como Poker Face, Just Dance o Love Game no inventaban nada ni ofrecían algo sustancialmente nuevo. El gran peso recaía sobre el personaje, una Gaga que se esmeraba en demostrar que tenía una voz como la de Christina Aguilera, una habilidad al piano como Alicia Keys, una garra en el escenario como Beyoncé y el carisma y la majestuosidad de Madonna, así como unos videoclips que retomaban esas ganas de hacer pequeños cortos de antaño.
Todos los escépticos tuvieron que callar cuando se anunció el EP The Fame Monster, que incluía nada más y nada menos que 8 nuevas canciones, capitaneadas por la espectacular Bad Romance, que representaba todo aquello que le faltaba a The Fame: riesgo, ruido, imperfección y un halo épico, siempre hablando de un género tan comercial como es el pop más plastificado.
Los siguientes singles del álbum continuaron siendo un éxito masivo. Tanto Telephone (a dúo con Beyoncé) como Alejandro fueron bailados y vitoreados hasta la saciedad. Y lo que les queda.
Antes de terminar la etapa de promoción de esta versión 1.5 de su primer álbum, ya anunció que pronto habría segundo disco. Y así llegamos hasta Born This Way y la polémica.
Como decíamos antes, esta vez el ataque ha sido contra su principal debilidad (junto con sus fans): su música. El parecido de «Born This Way» con «Express Yourself», el himno que Madonna coreó en su álbum Like A Prayer, allá por 1989, es indudable. Tanto la melodía como el mensaje de ambas canciones es muy parecido, y estar presente en las redes sociales el día del lanzamiento del single bastó para comprobar la reacción de los fans.
Si algo ha conseguido Gaga con esta polémica es revalorizar a una Madonna que anda bajo mínimos de popularidad. Su obsesión con el cine, sumada a un último álbum centrado en el público adolescente norteamericano no le han ayudado a mantener impoluta su legendaria reputación. Pero las comparaciones son odiosas, y Gaga tiene mucho que aprender de la Ciccone, que nunca ha sido tan arrogante prometiendo álbumes que cambien el mundo.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=wV1FrqwZyKw[/youtube]
El reciente estreno del videoclip no ha dejado a nadie indiferente: desde la permisividad de sus fans más acérrimos a la crítica gratuita de aquellos que no han pasado del primer minuto. Y si bien es verdad que el videoclip no es nada espectacular y sobran muchos minutos, es loable la actitud positiva de la artista, que defiende su canción y video con una garra que no se ve mucho últimamente.
Tras una mediocre actuación en los Grammy, nos preguntamos: ¿ha llegado Gaga a su límite en cuanto a originalidad? ¿Le está pasando factura la constante exposición y el no parar de hacer cosas desde 2008? Las respuestas la tendremos cuando lance, en mayo, el álbum completo. Entonces descubriremos si la evolución de Gaga ha sido real o un espejismo.