La ciencia: un libro de aventuras
Por César González Álvaro.
Que la ciencia es no es algo reservado únicamente para expertos, frikis o lectores habituales de Nature o Science es bien sabido por todos. Sin embargo, el que la ciencia pueda ser tan divertida, interesante y hasta fácil de comprender si se explica con las palabras adecuadas resulta, como poco, bastante sorprendente. Y esto precisamente es lo que logra Pere Estupinyá en El ladrón de cerebros (editorial Debate), donde nos cuenta, con un lenguaje llano y accesible, los principales avances en ramas tan distintas como la física, la genética o la mecánica cuántica, entre otras muchas.
El libro nace de una beca recibida por el autor que le permitió deambular un año por las aulas y laboratorios del MIT como quien pasea del cuarto de estar de su casa a la cocina, pasando por el aseo. Pere Estupinyá, antiguo guionista de Redes (sí, el programa del tipo con un cierto parecido físico a Krusty el payaso pero con el pelo canoso) charla con unos y con otros y nos ofrece de primera mano sus experiencias. La lista de temas y anécdotas es larga:
– ¿Cómo funciona físicamente el amor en nuestro cerebro?
– ¿Qué son los agujeros negros y la Teoría de Cuerdas?
– ¿Se pueden reprogramar los genes?
– Cambio climático: ¿exageración o realidad? (Aquí ya les adelanto que se trata de una realidad más que palpable, no dejemos que quepa duda como, por otra parte, tantos otros intentan mantener por cuestiones que tienen que ver sobre todo con la pasta)
– ¿Cómo funciona un catarro o una resaca? (Y aquí, aunque quede feo, incluyo una breve nota personal: la lectura de este apartado me ha permitido sobrellevar mucho mejor el dolor de cabeza y el cansancio habitual de los domingos por la tarde)
– ¿Se puede traspasar nuestra conciencia a una máquina?
– ¿Se llegará a Marte en un corto plazo de tiempo?
En fin, como decía, la lista es interminable y uno va saltando de un tema a otro y vuelve páginas atrás y avanza después unas cuantas como si estuviera leyendo Rayuela o uno de esos libros de aventuras que tanto éxito tuvieron unos quince años atrás: “si quiere tal, pase a la pagina 12; si quiere cual, a la 128”. Y es que, en realidad, El ladrón de cerebros, quizá sea eso precisamente: un libro de aventuras.