Muchos días felices

Por Valeria Tentoni.
Fabián Muggeri es diseñador gráfico, editor, director de arte, y actualmente dirige el área de diseño gráfico del Malba (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires). Está al frente del proyecto Muchos días felices, una página Web donde se alojan aportes de todo tipo -fotografías, textos, ilustraciones, videos- por los que cada participante incorpora, al frondoso (y en crecimiento) registro de la Web su propio día feliz. Lanzada el primero de enero de 2011, actualmente cuenta con casi 500 colaboraciones en tan sólo dos meses de vida. “Los primeros en participar fueron 70 convocados: amigos, escritores, artistas visuales, periodistas”, dice.
Cuenta que si bien el primer formato por el cual pensó darle materia a la idea fue el de libro –algo que no descarta suceda en el futuro- “al imaginar tiempos y costos preferí postergar y encontré en el formato Web la mejor manera de concretar el deseo en forma rápida y efectiva.”
Entre sus días felices preferidos, encontramos un video doméstico de Sandra Mihanovich, cantando una canción de Caetano Veloso, relatos de Juan Fernando García, Olga Viglieca y Kiwi Sainz, una foto de Ignacio Iasparra, un poema de Diana Bellesi y un bordado de Adriana Manfredi.
“Me produce mucha alegría editar cosas relacionadas al arte y la literatura. Anteriormente hice junto a un grupo de fotógrafos, diseñadores y poetas Álbum Sentime; un álbum de figuritas con fotos y poesía. Edité el libro de poesía Todo, de Juan F. García. Junto a la diseñadora gráfica Laura Escobar armamos un site dedicado a experiencias de diseñadores de libros o catálogos de arte. Muchos días felices es el proyecto más personal y más ligado a lo sensitivo. Y a su vez, al ser online, el de mayor alcance”.
¿Cuál es el soporte de la felicidad?

Paisajes, descubrimientos, viajes, encuentros, familiares, parejas, fiestas, recuerdos, mascotas, hasta cartas natales: postales que asumen su peso en la vida de las personas. Muchos días felices demuestra que la experiencia de lo feliz se potencia si se comparte. Como un contagio. El virus, entonces, se fermenta bajo el mando alegre de Muggeri, mientras se condensa, en cada participante, la sensación amarilla de la memoria.


Vía: http://www.muchosdiasfelices.com/