La risa nunca cansa
Garrick, Teatro Compac Gran Vía
Tricicle
Manu Tomillo
La risa y Tricicle, son dos términos que van unidos, inseparables como el primer amor o la mano del niño y su madre. En esta ocasión vuelven a subirse a los escenarios con Garrick, es un espectáculo que va rodado, mil veces interpretado, y sus bromas son cotidianas, le pueden pasar a cualquiera, pero no por eso hay que pensar que es menos gracioso, menos divertido. Al contrario de lo que puede pasar con otras cosas, la risa nunca cansa.
Tricicle nos enseña que hay muchos tipos diferentes de risa, como tipos diferentes hay de personas casi. La cuestión es lograr reirse sin motivo aparente, reirse por que sí, aunque la pregunta que tendríamos que hacernos es ¿y por qué no?. Reírse es sano, favorece la circulación y muchos otros beneficios que se me escapan, pero hay más, la risa debería ser una forma de ver la vida, o un modelo económico ahora que los otros fracasan.
Puestos a dejarnos llevar por las carcajadas que llenan el patio de butacas del Teatro Compac Gran Vía de Madrid, podríamos pensar en un mundo ideal, una ciudad de los sueños dónde además de saludarnos al pasar, sonriamos sin parar. Tricicle nos intenta traer este mundo, esta ilusión, porque también hay problemas, pero también se pueden solucionar de una forma más amable.
Es cierto que no son pocos los que se atreven con esta nueva forma de entender la vida, el público que acude a ver a Tricicle está rendido desde el primer minuto, pero hay que recordar que la admiración es más que merecida, no importa saber qué se va a ver en el escenario como en esta ocasión con Garrick, cuando sabes que las risas irán apareciendo solas, son los Tricicle y parte de su magia.
Necesitamos detenernos, parar un segundo, entre el bullicio y las prisas de la ciudad hay un oasis, un lugar para tomar aire y reir, lo necesitamos, seguro que así todos nos regalaremos mejores amaneceres.