Ensayo sobre la vida humana
Ensayo sobre la vida humana. Monique Canto-Sperber. Editorial Proteus(2010). 115pp. 15 €.
Por Ignacio González Barbero.
El mundo antiguo concebía la filosofía como la actividad reflexiva o de meditación que llevaba a una existencia en consecuencia. Un pensador lo era porque su vida lo demostraba. Sus acciones declaraban un sentido claro y distinto, marcado por las razones que se había dado en el proceso de pensar.
La autora busca con la obra que nos ocupa retomar esta consideración, entendiendo que el análisis de la vida humana sigue siendo uno de los temas más interesantes que pueden darse en filosofía. El fin del libro es delimitar las condiciones que hacen comprensible la biografía de cada uno, encontrando en el camino los argumentos que organizan ese curso vital.
El significado de la vida está anclado, inevitablemente, en la existencia humana. Así, las narraciones de nuestra historia personal son ordenadas y guiadas por la búsqueda de un sentido o de una multiplicidad de sentidos en nuestro devenir vital. El sentido de la vida, a su vez, requiere del hallazgo de razones y justificaciones; conclusión que, como bien indica Canto-Sperber, puede ser resumida con una afirmación de Sócrates: “Una vida sin examen no vale la pena ser vivida”.
Vivir una vida es comprometerse con ella, asumiendo los intereses y las aspiraciones que veamos necesarios. Incluso si uno quisiera justificar una actitud de rebeldía vital ante la existencia, comenta la autora, no puede excusarse de las razones que hacen determinante este desafío. Esta legitimación racional es siempre alusiva al agente, en aquello en lo que el punto de vista del agente está inscrito: no hay justificación impersonal de la vida.
Así, todo análisis propio de la acción no es indiferente al hecho de que el agente existe o no en el mundo. Además, toda justificación existencial requiere de una individualización, una visión inmanente, y, por otro lado, de una visión distanciada de uno mismo, que incluya, además, a los otros (“mi” mundo).
En el lugar entre el yo y los demás, por tanto, es donde se juega la acción, sus justificaciones y sus sentidos. Esta relación se articula en función de las decisiones, porque todo el que haya reflexionado sobre las consecuencias de una elección importante no puede dejar de considerar el conjunto de acontecimientos que podrían confirmar, o no, su legitimidad. El vínculo que los hechos, comunes a mí y a los otros, mantienen con la reflexión sobre la decisión tomada, nunca es aleatorio.
Cada decisión relevante para mi vida abre una temporalidad en la que los sucesos que se dan modifican la decisión inicial. Suponen, expone Canto-Sperber, un punto clave dentro de nuestro devenir existencial. Éste implica un movimiento hacia adelante que impide la comprensión de su sentido desde dentro, mas esta imposibilidad no anula, sin embargo, el hecho de que el hombre busca y dibuja su sentido a través de los actos propios, las justificaciones, en base a razones, que se dan de éstos, y los acontecimientos que a toda vida acompañan.
Además, no hay que olvidar, explica la pensadora francesa, que la acción humana, en toda su complejidad, siempre remite a un orden de bienes y valores morales propios, que se va construyendo conforme vamos viviendo. Hay una gradación de preferencias que nos ayuda a seguir eligiendo. El ser humano siempre se está haciendo.
Lo que se nos propone en este libro, es, en definitiva, la vuelta al análisis de la vida humana, en tanto que incardinada en un mundo complejo, donde las decisiones tienen consecuencias y los actos son respondidos. Darse razones de éstos implicará siempre abrazar lo que supone estar vivo y con los demás. La obra nos brinda tesis para entender mejor nuestro quehacer en el mundo, cosa de gran importancia en la época de frenesí y sinsentido en la que vivimos.
muy bien excelente
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