El oso que amaba los libros
He aquí uno de esos libros mágicos y que dejarán huella en el lector sensible porque la historia que cuenta es diferente, conmovedora y realmente tierna. Un oso, un buen día, encuentra una hoja de papel escrita y la guarda como un tesoro. Él no sabe leer, pero alguien lo cautivará con su voz. Una mujer que pasa la primavera en una cabaña del bosque entiende la sensibilidad del oso y le permite acercarse. Ella le lee ese papel y otros libros. El oso ni sabe leer ni entiende las historias, pero hay algo en la voz de la mujer que lo subyuga, que lo emociona y lo calma. Ésa es la parte más hermosa del texto: la magia de la lectura en voz alta, superando las barreras idiomáticas, siempre dejará un poso en quien escucha. Seguro.
Cuando llega el invierno, la mujer le regala al oso todos los libros y el los lleva a su madriguera con infinito cuidado porque sabe que, gracias a los libros, el aroma y la voz de la mujer estarán con él y nunca se sentirá solo.
Insistimos en que se trata de un relato fascinante, lleno de luminosidad y de alegría. La fuerza de sus imágenes hacen que veamos al oso rodeado de libros y escuchando atentamente a la mujer. Nosotros mismos nos embelesamos a leer la historia y nos sentimos transportados a ese bosque mágico en donde los animales siguen siéndolo, pero con la salvedad de que se emocionan con la lectura; al menos, le ocurre al oso de la historia.
El oso que amaba los libros es un relato que invita a la lectura, a la reflexión y al reposo. Los niños que ya saben leer podrán disfrutar con esa historia diferente, los adultos, si la leen en voz alta, sentirán que son protagonistas de la historia y los más pequeños podrán contemplar las imágenes y escuchar la cadencia de la voz.
El oso que amaba los libros se presenta en formato de álbum, es una apuesta de la editorial de cara al septiembre, para ayudar a que los pequeños vuelvan al cole con alegría y sin miedos. El oso aguarda la llegada del buen tiempo porque sabe que la mujer volverán; los pequeños han de saber que en la vida hay muchos elementos cíclicos, la vuelta al cole es uno de ellos.
La narración nos envuelve con su prosa clara, bien escrita y elegante. La traducción es realmente hermosa. Y las ilustraciones, ya lo dijimos, nos acercan, en primeros planos y medios, a ese acto maravilloso que es la lectura en voz alta que une al que lee y al que escucha en una misma burbuja de complicidad. Eso les ocurre al oso y a la mujer. La portada, en sí misma, ya es toda una alegoría que nos invita a abrir el libro.