La caja de los recuerdos
La caja de los recuerdos de Anna Castagnoli. Ilustraciones de Isabelle Arsenault. Pontevedra, OQO, 2010. Cartoné, 40 pp., 25×23 cm., 12.90€. También en gallego.
Por José R. Cortés Criado.
¿Cuántas cosas inútiles guardamos con cariño? ¿Realmente son inútiles? ¿Estarían mejor en otro lugar? Podría seguir haciéndome preguntas similares después de leer este cuento, creo que a cualquier lector le ocurrirá lo mismo.
La protagonista de esta historia es una niña pequeña que nos narra en primera persona su relación afectiva con una serie de objetos carentes de valor material, que guarda en una vieja caja: un pajarito de lana, un rotulador de punta fina, una hoja seca bordada, tres piedras, una canica y un collar de perlas falsas; para ella todos son de gran valor pero siente que otras personas pueden desearlos y sentir también algo especial por ellos, además piensa que esos elementos se sentirán felices al ser libres y abandonar su caja, así que decide “liberarlos”.
La niña deja de poseer cosas materiales, cambia de intereses y desea que otros disfruten de sus objetos tan especiales, ha aprendido que la vida no se reduce a poseer y almacenar para su uso personal, hay que compartir esos elementos maravillosos para que otras personas los conozcan y gocen con ellos.
Las ilustraciones de Isabelle Arsenault están llenas de vida, son acuarelas y collages, que en un principio reproducen de manera realista los elementos que componen esta historia mientras la niña guarda sus objetos en su caja vieja; cuando decide desprenderse de ellos, los dibujos pierden realismo y se hacen más abstractos y surrealista, se pasa de la posesión material a una percepción más ideal.
La protagonista descubre que nada ni nadie pertenece a nadie, que todos y todas las cosas pertenecemos a todos, y manifiesta que la afectividad nos hace sentir simpatía por objetos, unas veces más y otras menos, pero a pesar de estas variaciones, siempre serán maravillosos para nosotros.