La noche de los cautivos
Por José R. Cortés Criado
La sensación que te da la portada del libro es que se trata de un ejemplar muy manoseado y algo ajado, además de no saber si la imagen refleja un holocausto nuclear o una ciudad en llamas, lo que queda claro es la oscuridad que todo lo envuelve y la dificultad de diferenciar con nitidez las imágenes, pero todo esto no hizo sino aumentar mis deseos de abrirlo para saber qué trata este cómic.
Luego supe que sus autores son diseñadores gráficos y comprendo la fuerza de la portada, han sabido darle un aspecto atractivo sin utilizar un colorido vivo (blanco, negro y rojo ceniciento), ni unos dibujos limpios y claros (parecen rascacielos junto al mar).
Cuando lo abrí tuve la sensación de estar leyendo una novela gráfica en negativo; estamos acostumbrados al cómic que normalmente nos ofrece unos dibujos en negro sobre un fondo blanco y en este caso es al revés.
Al comenzar a leer comprendí por qué predomina el negro, creo que no es únicamente porque las historias estén ambientadas durante a noche, sino porque la vida de sus protagonistas es inversa a la de la mayoría de los mortales, salen con la oscuridad y se recogen con la luz, viven en la cara oscura de la sociedad.
A lo largo de las páginas asistimos a unos instantes de la vida de una serie de personajes, dieciséis: prostitutas, taxistas, asesinos…, que hacen lo que se espera que hagan, son víctimas de sus actos, de sus deseos, de su pasado y actúan según el guión preestablecido, como si su destino estuviese previsto de antemano.
Cada historia narrada, de desigual extensión, tiene su propio título y junto a él la hora en que tuvo lugar el suceso contado, dándole al relato visos de realidad, el prólogo comienza a las 20’06 horas y el epílogo es a las 8’06 del día siguiente.
Durante una noche ocurren todos los acontecimientos, al final llega el día y todos desaparecen; sus vidas son nocturnas, están unidos a las sombras, presos de sus propias vidas. No son felices, no está a gusto con su forma de ser, quieren cambiar, les falta valor, siguen en esta rueda que es la vida dando tumbos y tumbos sin rumbo.
Las ilustraciones son impactantes, desde la primera a la última no te dejan indiferente, son atrevidas y los trazos que marcan las siluetas son enérgicos, son dibujos con mucha fuerza expresiva. La negritud de la noche dificulta la visión de algunas escenas, lo que hace que observemos con mayor atención los dibujos, pero esto no resta calidad a la imagen sino que te hace sentir el peso de la noche y el que soporta cada uno de los personajes.
Me ha gustado mucho, es un buen ejemplo del nivel que tiene hoy el cómic español y de la necesaria apuesta de personas como Paco Camarasa para que llegue al mercado.
«La noche de los cautivos», de Marc Sans. Ilustraciones de Óscar Perales. Edicions de Ponent, 2010. Rústica, 108 páginas, B/N, 15 €.