"La meditación", por Alan Watts
“Puede parecer extraño y poco razonable que hombres fuertes e inteligentes se queden sentados quietamente durante muchas horas seguidas.Para la mentalidad occidental eso no sólo es innatural sino una gran pérdida de tiempo valioso, por muy útil que pueda ser como disciplina para inculcar paciencia y fortaleza. Aunque también Occidente tiene su propia tradición contemplativa en la Iglesia católica, la vida de ‘quedarse sentado y mirando’ ha perdido atractivo, pues no se da valor a ninguna religión que no ‘mejore el mundo’ y es díficil comprender cómo se va cambiar el mundo si uno se queda quieto.
Sin embargo, debería ser patente que la acción sin sabiduría, sin clara conciencia de lo que el mundo realmente es, nunca puede mejorar nada. Además, así como la mejor manera de aclarar el agua turbia es dejándola reposar, podría argüirse que aquellos que se sientan quedándose quietos y sin hacer nada realizan una de las mejores contribuciones que pueden hacerse a un mundo alborotado.
En realidad, no hay nada innatural en quedarse sentado y quieto durante largos períodos. Los gatos lo hacen; y aun los perros y otros animales más nerviosos. Lo mismo los llamados ‘pueblos primitivos’: los indios americanos y los campesinos de casi todas las naciones.
Este arte es particularmente difícil para aquellos que han desarrollado el intelecto sensitivo hasta el extremo de no poder dejar de hacer predicciones acerca del futuro, y por tanto tienen que estar en continua actividad para anticiparse a ellas.Pero al parecer, ser incapaz de quedarse sentado y atento con la mente completamente en reposo significa ser incapaz de experimentar plenamente el mundo en que vivimos. Porque uno no conoce el mundo sólo pensando en él y haciendo algo en él. Primero uno tiene que experimentarlo más directamente, y prolongar la experiencia sin sacar conclusiones apresuradas”
“El camino del Zen” (The Way of Zen)- Ed. Edhasa, 2003