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Entrevista: Kari Hotakainen

Por Graciela Rodríguez Alonso.

Viene del frio, pero Kari Hotakainen hubiera sido escritor en cualquier otro lugar. Escribir es, según nos dice, su trabajo, y no hay duda de que sabe lo que se hace. Su última novela, Ihsem osa, nos la trae meettok, una editorial gozosamente independiente que ya lleva unos años recordándonos que Hotakainen es un escritor de fuste y que nos regala pequeñas perlas desde las hermosas tierras de La Bella Easo. En CarasB ya hacía tiempo que queríamos conocerle y ha sido gracias a meetok que hemos podido charlar por fin con Hotakainen, a quien les emplazamos a leer desde aquí. Háganlo si quieren si quieren pasar un buen rato, y también si lo que buscan son palabras  poderosas. Porque Hotakainen, todo menos un escritor frio,  es ya, por derecho propio, el mejor escritor finlandes de su generación.

P. Ihmisen osa (Por partes, meetok, 20011) habla de vidas compradas y vendidas por un libro, por un sueldo, por dinero, por otra existencia… ¿Qué parte de su vida vendería para tener la oportunidad de que alguien se la contara con otras palabras?

R. Vendería mi infancia al completo, porque en mis recuerdos ese tiempo está repleto de cosas salvajes que no entiendo del todo. Le digo más: se la vendería por 200.000€ a Paulo Coelho.

P. El escritor protagonista de Ihmisen osa compra la vida de Salme Malmikunnas,  una anciana vendedora de lanas, para suplir su falta de vida propia. Para existir necesita escribir un libro que luego, tal vez, comprarán los lectores. ¿Cree que la compra-venta literaria nos permite tener acceso a una existencia ajena, una que dé sentido a la nuestra?

R. Sí, o al menos en cierta manera. Creo que es precisamente en los destinos de los demás, en las historias de los otros, donde vemos nuestra propia vida.

P. Salme odia las novelas que todo lo tergiversan pero, llegado el momento, suplica al escritor que invente una vida mejor para uno de sus hijos. ¿Tienen las palabras ese poder, el de hacernos creer que otra vida es posible?

R. Las palabras son poderosas, de eso no hay duda. ¿Por qué si no ha sobrevivido La Biblia cientos de años? ¿Por qué la gente sigue leyendo a Cervantes o a Dostoyevski? Porque buscamos palabras que prendan el fuego en nuestros corazones. Las palabras son alimento. Y todos estamos hambrientos.

P. Al leer Ihmisen osa surge una pregunta evidente: ¿cómo es posible que los problemas de alguien que está a 3.800 kilómetros de aquí sean tan parecidos a los nuestros? Creo que ha conseguido hacer de los Malmikunnas una metáfora de todos los nonadas del mundo…

R. Me alegraría de veras haberlo conseguido. En este trabajo, en el oficio de escribir, debes creer hasta cierto punto que las personas son semejantes entre si, aunque sus circunstancias concretas sean otras.

P. Uno de los temas de Ihmisen osa es la envidia. ¿Sabe que los españoles la consideramos nuestro pecado nacional?

R. No lo sabía, pero tiene sentido. La envidia es un veneno agridulce que todos hemos probado alguna vez. Podemos escupirlo, pero nunca abandona del todo nuestras venas.

P. El personaje de Kimmo, el nuevo rico, divide a los que poseen dinero en dos categorías: los adinerados, quienes son ricos por un tiempo, y los opulentos, que lo son para toda la vida. Él cree que sólo el dinero heredado, el dinero suficientemente viejo, merece el respeto de los demás. Salme dice que pensar en el dinero te da una medida de las cosas y añade: “No deberían hablar mal del dinero”. Ahora que parece que todo se compra y que incluso vendemos nuestras vidas, ¿por qué nos empeñamos en despreciar algo que ansiamos tanto?

R. El dinero es a la vez bueno y malo. Puedes odiarlo o despreciarlo, y aún así (o precisamente por ello) todos le damos un significando preciso, significa algo para todo el mundo. Para un escritor, el dinero es tan interesante como el amor, la guerra o la soledad. Es uno de los temas esenciales.

P. Se podría decir que hacer ficción es como cubrir de miel una cebolla. En su caso ¿sería el humor la miel que endulza el llanto de esa cebolla de infinitas capas que aparece en Ihmisen osa?

R. No sé si entiendo del todo la pregunta, pero sí le diré que, en mi literatura, intento atrapar toda la historia del ser humano, una tarea imposible si prescindimos del humor.

P. El despido de Kahkonen es muy parecido al que han sufrido muchos de mis antiguos compañeros de trabajo. Las empresas dicen: “No despedimos, sólo hacemos entender las cosas”, pero las calles de Madrid se han llenado de jubilados prematuros que no entienden nada de nada. ¿Ocurre lo mismo en Helsinki?

R. Efectivamente, y no solo allí sino a lo largo y ancho de todo el planeta. Como a veces me gusta decir: las palabras son poderosas, pero hay que saber utilizarlas.

P. El hecho de que Ihmisen osa esté lleno de metáforas y comparaciones entre hombres y animales, como esa inquietante piara que acecha a los Malmikunnas, ¿refleja la especial vinculación de los finlandeses con la naturaleza?

R. En realidad, no pensaba en la relación entre los finesse y la naturaleza, sino que la idea es general, pues creo que abarca a todos los hombres. En el fondo, no dejamos de ser animales, aunque actuemos como estrellas de cine o como escritores más o menos intelectuales. Por otra parte, todas esas metáforas también reflejan algo muy concreto de mi biografía literaria, pues entre mi producción, también hay un buen número de cuentos de hadas y cuentos para niños.

P. ¿Está pensando ya en cuál será la próxima cebolla que recubrirá de miel?

R. Siempre estoy pensando en ello, pues ese es precisamente mi trabajo. Espero que la próxima cebolla esté lista para septiembre. Por el momento, todavía estoy buscando la miel.

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