El Fracaso de un crisitiano
El fracaso de un cristiano. Agapito Maestre. Tecnos(2009). 17euros.
Por Gonzalo Muñoz Barallobre.
Al ver la portada del libro cualquiera podría pensar que se trata de una biografía sobre Herrera Oria(1886-1968) . Un texto en el que se va a exaltar su figura y en el que se ofrecerá una lista exhaustiva de las fechas y los acontecimientos más relevantes de su vida. Pero no es este el caso, ya que su autor, Agapito Maestre(1954), es un filósofo y no un historiador apologeta, es decir, uno de los muchos mercenarios intelectuales que por ahí pululan y que siempre están dispuestos a escribir lo que quiere leer el que paga. Pero como decimos, este no es el caso y basta con abrir las primeras páginas del libro y echarlas un ojo. Si se hace, se verá que lo que Maestre busca, y a nuestro parecer consigue, es revelar las notas principales que explican la manera en la que Herrera se comportó dentro de un momento histórico tan complejo como fue el que le tocó vivir. Y buscará hacer su acción inteligible para rescatarle de los múltiples ataques que ha recibido por los dos bandos ideológicos que no supieron entender su proyecto: una izquierda radicalizada y un cristianismo intransigente. Y es que Herrera Oria pretendió algo tan completo que ni siquiera a día de hoy se ha logrado poner en marcha con éxito: una manera de vivir dentro de la religión cristiana sin perder de vista que ante todo se es un ciudadano. Como se verá la tesis de Herrera no es algo nuevo, siendo, ni más ni menos, que la llamada que el mismo Pablo de Tarso dio a sus hermanos. Una llamada que tiene en cuenta algo tan decisivo como inexcusable: todo se juega en lo público, es decir, en lo político. Esto quiere decir que el creyente no está fuera de la historia, que no se puede evadir del momento histórico que le ha tocado, que debe participar de manera activa en la configuración de la sociedad en la que vive. Y olvidarlo será traicionar una de las grandes singularidades del cristianismo: la diferenciación clara entre lo humano y lo divino. Entre lo terrenal y lo celestial. Diferencia que encuentra su mejor ejemplificación en la famosa sentencia evangélica: “a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”.
Pero además del empeño herreriano de llevar a la práctica y hasta sus últimas consecuencias la enseñanza paulina, la obra El fracaso de un cristiano nos muestra de una manera ejemplar el modo en el que debemos comportarnos dentro de una situación dada. Y es que Herrera intenta por todos los medios adaptarse a los que está ocurriendo, a las circunstancias en las que está inscrito, y así, desde dentro, poder trabajar por el cambio, siguiendo así la máxima orteguiana: “yo soy yo y mis circunstancias, y si no las salvo a ellas no me salvo yo”. Y eso es lo que Herrera intenta hacer por todos los medios en una España que verá herirse y desangrarse.
Y así, perfilando a Herrera Oria, Maestre irá desplegando el análisis filosófico de un siglo que hará fracasar a todo el que intente salir del círculo de la ideología. Un siglo del que somos herederos y que ha determinado de manera radical la sociedad enferma en la que hoy nos encontramos. Por ello, pensarla es pensar nuestra situación y de esta manera evitar que un nuevo fracaso llame a nuestra puerta.