Si los gatos llevasen botas gobernarían las ranas

Si los gatos llevasen botas gobernarían las ranas de Raquel Saiz. Ilustraciones de Rashin Kheiriyeh. Pontevedra, OQO Editora, 2010.Cartoné,  22×28 cm., 48 pp., 14.50 €.

Por José R. Cortes Criado.

Es una historia inspirada en el texto de Perrault Cuento de mamá ganso donde se mezclan retazos de otros cuentos tradicionales. Hay guiños al gato con botas, a la bruja buena, al flautista de Hamelin, a los jóvenes príncipes convertidos en ranas y a las princesas dispuestas a besarlas. Es un cuento sobre cuentos.

Raquel Saiz ha utilizado este recurso en otros títulos como El día en que a mamá se le puso cara de tetera, El trasero del Rey, ¡Que chaparrón!  o Nariz de oro, donde altera los cuentos tradicionales y acaba con los convencionalismos absurdos.

La autora nos explica cómo surgió esa moda de calzar a los felinos que los imposibilitó para cazar y el desequilibrio ecológico que este hecho produjo, pues aumentaron enormemente los ratones y como el famoso flautista no quiso resolver el problema, los enviaron a la luna pero… cuando regresaron molestaron a la bruja buena y se transformó en mala y… así hasta que los príncipes quedaron convertidos en ranas, por lo que se confirma lo anunciado en el título.

Es un texto ingenioso con cierta carga irónica con el que los conocedores de los cuentos tradicionales disfrutarán, además incluye guiños a situaciones actuales y refleja hechos conocidos por todos, nombra esas comisiones de sabios que se suelen crear ante la presencia de un problema importante y no llegan a ninguna solución o refleja situaciones absurdas como el tener coronadas a las ranas y celebrar asambleas en charcas para que las susodichas no sufran sequedad en su piel

El ingenio de la escritora y sus ocurrencias harán sonreír al lector, son textos frescos que reflejan la necedad del ser humano y las consecuencias que su obcecaciones pueden acarrear a los demás. Las imágenes son muy coloristas y casi siempre sobre fondo rojo, dando gran viveza al relato. La ilustradora iraní ha sabido ilustrar este texto festivo con personajes desenfadados, acordes con los cuentos tradicionales.