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"Elisa y Marcela", de Narciso de Gabriel [Libros del Silencio]

Qué bien traída en este libro la cita de Anïs Nin: La única anormalidad es la incapacidad de amar.

PRÓLOGO
La más extraordinaria historia de amor

Si se pudiese reescribir el Alba de gloria de Castelao —que se puede, porque es un discurso interactivo, una radiofonía cósmica, sin cierre histórico ni copyright partidista—, entonces habría que incorporar a esa Santa Compaña de la libertad que él va hilando a Elisa y a Marcela. Dos heroínas que las pasaron putas.

En el tiempo gris y cínico de la Restauración, en el inicio llorón e hipócrita del siglo XX español, que tan bien retrató Pío Baroja en El árbol de la ciencia, y que en ocasiones resucita en los trazos más feos y malolientes del presente, hubo una pareja de jóvenes gallegas, de profesión maestras de escuela, que pusieron el mundo al revés. La de Elisa y Marcela es una de las más extraordinarias historias de amor de todos los tiempos.

Elisa y Marcela se conocieron a mediados de los años ochenta del siglo XIX, en la Escuela Normal de A Coruña. Elisa tenía veintitrés años y Marcela, dieciocho. Se conocieron y se enamoraron. La suya era una amistad tan intensa que los padres de Marcela la situaron enseguida en el espacio del «peligro», de lo inadmisible, a pesar de no tener ni tan siquiera nombre para el pecado. Pero todos los esfuerzos realizados para separarlas fueron fracasando. En ese «estado de excepción» en el que viven es en el que van imaginando la novela que las salvará. Inventan un tercer ser. Un «hombre». Se llamará Mario. Será real. Se encarnará en Elisa. Elisa es viril. Cuando es necesario tiene el carácter y los rasgos osados de un macho. En el tiempo en el que fue maestra en Calo (Vimianzo) iba siempre armada con un revólver y lo pregonaba: «Yo no ando nunca sin el despertador». Magnífico eufemismo para un arma de plomo. Falta le hacía ese estilo arrojado. En aquel entonces, Marcela ejercía en Dumbría y eran muchas las noches en las que Elisa atravesaba Soneira, incluso contra las tormentas y con los lobos rondándola.

Inventaron un hombre al que hicieron real. Con una biografía de infancia especial, tan especial que resultaba ser protestante. Un coruñés de padre británico que había vivido durante mucho tiempo en Londres. Así que había que bautizarlo para que pudiera casarse. Todo eso pasó, en 1901, en la iglesia de San Jorge de A Coruña. Mario (Elisa) se convierte al catolicismo. El cura, en el ritual, le hace incluso una cruz en el pecho. Así, Elisa ya es Mario. Ya es hombre. Y  después él y Marcela se casan. Piensan, sueñan, que al fin podrán vivir juntas y tranquilas. Pero todo conspira contra esa felicidad tan elemental. Serán descubiertas.

La mismísima Emilia Pardo Bazán reconoció que nunca habría sido capaz de imaginar una novela semejante. Escribió en La Ilustración Artística, en el año 1901, una larguísima reflexión sobre el caso Elisa-Marcela en la que confesaba: «La destreza y la resolución con que [Elisa] urdió la maraña para soltar, por decirlo así, la personalidad femenina y adquirir legalmente la condición viril revelan una inteligencia nada común y son materia de asombro para el novelista, que apenas acertaría a idear enredo semejante».

Una «inteligencia nada común». La de Elisa. Y la de Marcela. ¿Quién podía negar eso ante la magistral ficción que tuvieron que construir con sus cuerpos y sus vidas para poder amarse? Pero, para la gran mayoría, esa «inteligencia nada común» era una manifestación del maligno. La suya es una historia dramática. De estado de persecución y escarnio en un mundo dominado por reaccionarios, que, además de tener las llaves de las rejas de las cárceles y de las puertas del cielo, también tienen los medios de control de las mentes.

Con todo, lo asombroso, lo que más hechiza de la biografía de Elisa y Marcela, es la manera en que se enfrentaron a los contratiempos. Era previsible que en ellas se cebara la ruindad. La luz, ser expuesto a la luz, en un caso como éste, quema, hace un torrezno de la vida. Por eso lo admirable, lo que conmueve doblemente, es la determinación por re-existir de Elisa y Marcela, aun después de ser perseguidas, detenidas, juzgadas y sometidas a la burla y al juicio público en una nueva modalidad inquisitorial, la de la rapiña periodística o mediática que comenzaba a extender sus garras esmaltadas. Los nuevos semanarios que incluían fotografías agotaron sus ediciones. «Nuevo Mundo vendió solamente en Madrid el miércoles y el jueves últimos [3 y 4 de julio de 1901] más de 19.000 ejemplares, cifra no alcanzada en ninguna ocasión por cualquier otro periódico semanal, ni aun en tiempos de las guerras coloniales en que tanta avidez tenía el público por conocer retratos y fotografías de aquellos lugares.» Es increíble cómo una y otra vez, en Galicia, en Portugal, en América, Elisa y Marcela intentan huir de la maldita celebridad, intentan vivir como soñaron siendo jóvenes enfrente del mar del Orzán.

Elisa y Marcela no querían ser heroínas. Pienso que, en realidad, casi todas las personas que consideramos verdaderos héroes o heroínas no pretendían serlo. Es más, Elisa y Marcela lo que querían era que no se conociera nada de ellas. La noche era más amiga que el día. La sombra, preferible a la luz. En este caso la información trajo la desgracia. Porque a veces, muchas veces, lo que se presenta como verdad culpable es un prejuicio ruin. Y esto es casi un axioma en todo lo que atañe a la moral sexual. Elisa y Marcela fueron reivindicadas, por fin, en los años noventa por el colectivo Milhomes, y en especial por Xosé Carlos Alonso Sánchez, persona clave en la lucha por los derechos civiles en A Coruña. Se creó un premio que lleva el nombre de la pareja. Los medios de comunicación hablaron de las amantes perseguidas, en esta ocasión con una nueva mirada.

Pero ahora tenemos lo que tantas veces soñamos, también frente al mar del Orzán: un libro que profundizase en esta historia que sitúa a A Coruña en el mapa de la gran lucha por el derecho a amar. Porque es necesario decir que muchos de los que usan la palabra amor como centro de su doctrina son históricamente quienes más han hecho por destrozar el amor. Amantes quemadas como brujas. Jóvenes enloquecidas para siempre por la basura dogmática. Es ese mundo represivo que impide a los curas formar familias y a las mujeres ser sacerdotes, a pesar de que llenen las iglesias…

Tenemos un libro que es algo más que un libro. Aquí también es necesario utilizar las palabras de Pardo Bazán: «una inteligencia nada común». Esa inteligencia es la de Narciso de Gabriel, catedrático y decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de A Coruña. Una obra singular, uno de los libros más excitantes, mentalmente, de los últimos años; lleva por título Elisa y Marcela: más allá de los hombres. Una investigación en la que Narciso de Gabriel estuvo implicado durante quince años. El resultado es inmejorable. Aquí está la novela de Elisa  y Marcela que doña Emilia no fue capaz de escribir. Aquí están los documentos de la iglesia, de la policía y de los juzgados. Aquí está un estudio sobre el tratamiento informativo. Aquí aparecen esclarecedores y valientes ensayos sobre el hermafroditismo, el travestismo, el lesbianismo y el feminismo.

Aquí está, en fin, un trabajo hecho con tanto amor, con tanta conciencia, que no me extrañaría que Elisa y Marcela comenzaran a sonreír en la foto de matrimonio que les hizo el fotógrafo señor Sellier en A Coruña, hace ahora ciento nueve años.

MANUEL RIVAS

INTRODUCCIÓN

Una tarde de 1993, concretamente la del 9 de mayo, si no se confunde mi ordenador, estaba trabajando en el Archivo Histórico Universitario de Santiago de Compostela sobre los procesos disciplinarios a que fue sometido el magisterio gallego durante la segunda mitad del siglo xix y los primeros años del xx. De pronto, apareció un expediente que contenía un ejemplar de La Voz de Galicia, correspondiente al 22 de junio de 1901, donde se podía leer el siguiente titular:

ASUNTO RUIDOSO
UN MATRIMONIO SIN HOMBRE

[…]

TÍTULO: Elisa Y Marcela
AUTOR: Narciso de Gabriel
EDITORIAL: Libros del Silencio
PUBLICACIÓN: Marzo 2010
ISBN: 978-84-937559-7-3
PÁGINAS: 480 páginas
PRECIO: 24 euros

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