Skeleton Creek II. El fantasma de la draga

Skeleton Creek II. El fantasma de la draga de Patrick Carman. Madrid, Editorial Bruño , 2010. 216 pp.,  15.00 €. A partir de 14 años.

 Por Miguel Luis Sancho.

En la segunda entrega de la colección interactiva Skeleton Creek del escritor estadounidense Patrick Carman, Ryan y su inseparable amiga Sarah continúan su investigación para resolver el enigma que esconde en su interior la vieja draga, una infernal máquina para buscar oro, habitada por un inquietante fantasma.

Como en el anterior libro, la acción se sigue a través de dos canales diferentes, que avanzan de forma paralela: el diario de Ryan, donde anota sus recuerdos y descubrimientos con un lenguaje coloquial y sencillo, y los vídeos que Sarah graba por distintos escenarios del pueblo, y que el lector tendrá que visionar a través de Internet. Aunque la lista de sospechosos se va reduciendo y las piezas del complejo rompecabezas van encajando de forma paulatina, el tiempo empieza a agotarse. La vieja draga va a ser destruida en breve, en tan solo una semana, y los dos adolescentes están obligados a descubrir el misterio antes de que esto ocurra. De lo contrario, muchos secretos y tesoros del pasado se perderán.

El libro incluye numerosos lugares comunes de las novelas de misterio, que la hace bastante intrigante: una construcción abandonada en medio del bosque, un aburrido pueblo en las montañas, la presencia de fantasmas, enigmáticas pintadas en las paredes, cuartos secretos, mensajes encriptados, símbolos de los antiguos alquimistas, organizaciones secretas, muertes y apariciones inesperadas… La ambientación de miedo y misterio, por tanto, es impecable, incluso el autor se permite hacer pequeños guiños literarios al cuervo de Poe o al mismísimo Frankenstein.

Lo más interesante del libro es que la acción es trepidante y nunca se sabe lo que va a pasar a continuación. Además, el autor dosifica la información con maestría y sabe conducir al lector a los momentos climáticos, especialmente al final de la novela tan lleno de descubrimientos y sorpresas.

Sin embargo, lo más flojo de ella es la falta de profundidad psicológica de las relaciones entre los personajes, ya que no desarrolla al máximo las posibilidades que le ofrecen las subtramas, sobre todo entre los dos protagonistas de la historia, donde se insinúa algo más que una buena ”amistad”. Asimismo, los misterios que investigan no transforman por dentro a los personajes. Se resuelven los enigmas de manera brillante e inteligente, pero no los enriquecen ni cambian. Una pena, una oportunidad perdida. 

En resumen, el libro posee un diseño atractivo, moderno y juvenil, donde se combina la palabra y la imagen. Además, está escrito con un lenguaje informal y coloquial, que fluye con naturalidad y ligereza, lo que gustará, sin lugar a dudas, al público juvenil al que va dirigido.