De vagos y maleantes: Michel Foucault en España
De vagos y maleantes. Valentín Galván. Virus (2010). 320pp. 19euros.
Por Miguel Ángel Ruiz Jimeno.
No es exagerado a estas alturas decir que la irrupción de Michel Foucault (1926-1984) en el panorama filosófico e intelectual contemporáneo supuso un replanteamiento de las bases políticas, humanas y éticas que se habían ido gestando con el lento paso de los años.
Su trabajo de campo, trabado y trenzado en los polvorientos papeles apilados en archivos olvidados de bibliotecas, ayuntamientos y hospitales, comenzó en los años cincuenta, cuando no era más que un chico desequilibrado y acomplejado que no vivía sino para leer y escribir, y se prolongó hasta el primer tercio de la década de los ochenta.
Algunos, obsesionados por someter todo a un orden cuadriculado, pretenden reducir a Foucault a una de las muchas tendencias a las que lo adscriben, sin embargo, y si nos atenemos a su obra, la cosa no es tan sencilla, y prueba de ello son los temas y temas que la pueblan… y las páginas y páginas que la circunscriben, comentándola e interpretándola hasta el día de hoy.
Desde que la muerte le sucede, y cuanto más te enredas en su obra – particularmente en sus últimos textos-, uno no deja de asombrarse al leerlo. Y el estupor te agita cuando no sabes dónde meter un pensamiento que todavía hoy suscita curiosidad en lugares tan lejanos –aunque tras su paso ya no lo parezcan tanto- como el derecho, la sociología, la arquitectura y la medicina, y tanto en ámbitos académicos como extraacadémicos.
Con De Vagos y Maleantes, nos topamos con un libro que analiza la acogida del autor francés en España, acogida que coincide con una época tan convulsa como fascinante, tan entusiasta como recelosa: fue la época de los últimos latidos de la dictadura, la de la transición y la de la consolidación democrática. Su lectura nos muestra la recepción e interpretación de sus textos por parte de personas como Gabriel Albiac, Fernando Savater o Eugenio Trías, entre otros; protagonistas, ellos, de la exhaustiva bibliografía incluida al final del libro, una pieza que se descubre como algo imprescindible para profundizar en su pensamiento.
La multitud de lecturas llevadas a cabo a lo largo de los años, sobre todo en España, y sobre todo en esa primera época inicial anterior a su muerte, estuvo sin duda condicionada por la difícil situación social en la que aquí se vivía entonces. Hoy, casi treinta años después de su muerte, todavía siguen apareciendo una ingente cantidad de artículos sobre su persona y pensamiento con las más diversas interpretaciones.
De Vagos y maleantes tiene –además, y ante todo- la virtud de acercarnos a la obra de Foucault recorriendo su trayectoria intelectual e invitándonos a asistir, al mismo tiempo, a los pasos que dicha obra fue dando en la España que le fue contemporánea.