Fallece en Madrid el cantaor Enrique Morente
Esta tarde hemos conocido la triste noticia del fallecimiento en la clínica madrileña de La Luz del cantaor Enrique Morente, tras varios días en coma inducido. En un comunicado difundido por la familia tras el fallecimiento se informa tristemente: «La familia Morente anuncia que hoy, lunes 13 de diciembre, pasadas las 17 horas, Enrique Morente ha fallecido. Después de varios días de denodada lucha contra la muerte, Enrique Morente, un creador único y una persona maravillosa, deja un enorme vacío en nuestros corazones y en el de la música, a los que se dedicó por entero y con entrega a lo largo de toda su vida». También reiteran su gratitud con las personas que han mostrado su cariño y afecto al artista en los últimos días.
Enrique Morente nació en el Albaicín granadino de 1942 y, como se señala en su web oficial, su infancia tuvo lugar en “un ambiente familiar, meciéndose en la voz de su madre y sucumbiendo en la de artistas locales como Juanillo el Gitano, Cobitos o la dinastía de los Habichuela”. Sus primeras incursiones en la música tienen lugar a muy temprana cuando ejerce como seise en la Catedral de Granada y como avispado observador en las reuniones familiares y de vecinos. Con 14 o 15 años llega a Madrid y en su atillo acarreaba un puñado de nerviosas ilusiones y unos fandangos de “Frasquito Yerbabuena”. Allí contacta con un grupo de jóvenes aficionados cuyos sentidos acababan de despertar a la sensibilidad flamenca, universitarios en su mayoría.
Es contratado en el tablao las Cuevas de Nemesio de Madrid, pero el prestigio de Enrique entre los profesionales flamencos crece considerablemente cuando entra a formar parte del elenco de artistas de Zambraque merece la consideración de coincidencia histórica a tener en cuenta. Integrado en el grupo de los cantaores más prestigiosos, Enrique cultiva el cante “p’atrás” y “p’alante” en la mejor de las escuelas, “la Antología”. Comparte el escenario con Rafael Romero “el Gallina”, Jacinto Almadén, Juan Varea, Bernardo de los Lobitos, Perico el del Lunar, padre e hijo y Manolo de Huelva.
También es contratado en el tablao Café de Chinitas, mientras comienza a ser reclamado en festivales y espectáculos donde comparte cartel con todos los grandes artistas del momento. En 1967 obtiene el Primer Premio del Certamen Málaga Cantaora. En 1972 fue reconocido por la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces de Jerez de la Frontera con el Premio Nacional de Cante y actuó en la sede parisina de la UNESCO. Después, en 1978, vendría la edición de sus discos Despegando y Homenaje a Don Antonio Chacón. Por éste último obtiene el I Premio Nacional otorgado al mejor disco de música folclórica que concede el Ministerio de Cultura. En 1996 salta de nuevo a lo más alto con Omega, el disco que grabó con Lagartija Nick en el que fusionaba el flamenco con el rock alternativo.
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