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‘Yo conocí a Muelle’ de Jorge Gómez Soto

Yo conocí a Muelle de Jorge Gómez Soto. Madrid, Editorial SM , Finalista del Premio Gran Angular 2009. 2010. 256 pp., 8.25 €.

 

Por Miguel Luis Sancho.

Muelle (da igual su nombre) siempre será un personaje mítico y legendario, vinculado al Madrid de los años 80. Con él se acabaron las pintadas políticas de la transición y se abrió la puerta a la pintada urbana y callejera, de origen neoyorkino. Su espíritu libre y rebelde, como su insólito grafiti, es el punto de partida y el telón de fondo de la última novela de Gómez Soto, con la que quedó finalista del Premio Gran Angular 2009.

En ella se cuenta la historia de Luis, un chico del barrio de Campamento (Madrid), que siente atracción por los grafitis, aunque no se le dé muy bien el dibujo. A través de sus recuerdos, asistimos a las primeras pintadas junto a su amigo Hot, a los bombardeos colectivos por las calles, a las acciones furtivas en el metro y en otros sitios emblemáticos del barrio… A través de los relatos de Spirit, un veterano grafitero, conocerá las anécdotas y la filosofía de Muelle, tan distante de los retos disparatados que les propone Gosht, el líder de la banda a la que pertenece.

Sin embargo, tras encontrar de forma fortuita a Ana, toda la trama experimentará un brusco giro. Gracias a ella, entrará en contacto con otro mundo muy distinto: el de los cuentacuentos, que narran sus historias al público en pequeñas salas.

La novela, por tanto, puede entenderse como un doble homenaje, como una doble trama, donde las dos acciones discurren en paralelo como los rieles de una vía del tren. La reconciliación entre ambos mundos parece imposible, por lo que al protagonista no le queda más remedio que enfrentarse a una serie de catástrofes, que reordenarán su vida y le obligarán a madurar.

En la última novela de Gómez Soto se mezclan muchos elementos: ambientes urbanos, música de hip-hop, aventuras, contracultura, pequeños cafés literarios, reflexión sobre la creación, cuentos orales… Quizás sean estas narraciones intercaladas el talón de Aquiles del libro, ya que cortan el ritmo y el hilo de las dos historias principales. Con estos relatos la obra se enriquece y amplia sus significados, sin lugar a dudas; pero también pierde la frescura y la fuerza que tienen muchas de sus escenas, como la que transcurre en la cárcel de Carabanchel…

En definitiva, la última novela de Gómez Soto está desarrollada por un autor de indudable talento, que nos regala buenas páginas de literatura juvenil. Puede que el párrafo final resulte desconcertante, ya que muchas cosas que se han contado en la obra pueden no haber sucedido; pero como diría Ana, una de las protagonistas del libro: “¡Qué más da!”.

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