[Málaga] 30 nov. Recital de David Eloy Rodríguez
Martes 30 de noviembre
20 h.
Librería Cincoechegaray
c/ Echegaray 5
Málaga
Recital de presentación de Para nombrar una ciudad (Renacimiento, III Premio internacional de poesía Francisco Villaespesa) de David Eloy Rodríguez.
Invitará a la lectura del poemario: Cristina Consuegra.
SEIS APROXIMACIONES PARA NOMBRAR UNA CIUDAD
I
Nombrar: atrapar un animal que no existe.
II
Qué es vivir, esa sigue siendo la pregunta, qué es vivir, qué ciudad fundar dentro de cada piel y en las calles y en las casas, volver o no milagro el mundo, ser o no ser pasto del olvido, carroña de los buitres de la muerte.
Cada cual muestra sus documentos de dolor, las astillas que le tocan en los huesos.
Ciudad de gente sola que aprende a vivir sin aventura.
Ciudad que respira bajo el alud violento de la falsificación.
III
¿Qué se siente en la tormenta cuando uno es el sitio en donde va a caer el rayo?
Gente en el polvo. Braceros en la tempestad.
Gente a cielo herido, acampada en mitad de la vía.
Viven en avenidas desolladas, viven en cantinas sobre la cuerda floja, viven en la mandíbula desencajada de la ciudad.
Esperan los añicos del amanecer, pero no esperan nada.
Esperan que todo estalle, pero no esperan nada.
Un puño feroz les golpea cada día.
Yo sé a quiénes pertenecen las manos que golpean. Yo sé, y usted sabe, quiénes empuñan su muerte lenta, quiénes vierten las paladas de tierra que cubrirán sus ataúdes. Yo sé quiénes les entregan cada día.
No hay crónicas de su desalojo.
Pero yo sé. Usted sabe.
IV
La noche sigue color de rubí, barrio de demonios y esplendores.
(Hay pruebas: antídotos, insinuaciones, enfermerías. Hay pruebas: incidentes y audacias, un reloj sin agujas, sombras en el espejo. Hay pruebas: exploraciones, insistencias, desvíos).
Huéspedes de la noche abierta juntan sus formas de habitarla, su sed inagotable. Se asombran. Comienzan.
(Hay pruebas: alamedas del ansia, la conspiración, la revuelta. Hay pruebas: la ternura a salvo, las preciosas pasiones sin dominio en el paisaje brutal. Hay pruebas: los hallazgos, las hechicerías, las sanaciones, los pródigos consuelos. Hay pruebas: los despertares en la noche de la rabia, la luz de la revelación).
En la ciudad acontecen, tan intensamente cuerpos, con palabras tan vivas.
(Hay pruebas: apuestan por lo que no saben, como quienes agarran alacranes con las manos, y dicen verdad).
Corren tiempos de redada.
Pero también de almacenes, alivios, goces, reuniones sagradas y ocultas.
V
Como nos deslumbran los besos desconocidos de una boca bien conocida, así nos asalta de repente una ciudad nueva, espigas de tiempo encendido, el lugar exacto en el que ser.
VI
Hay una ciudad sin mapa, fugitiva e inasible, cierta: la compuesta de deriva e intemperie, la que cada uno escribe en su tiempo, la que se bautiza con el corazón y ya jamás pierde su nombre.
SANATORIO PARA ENCERRAR A PASEANTES
Toda la materia huye de su precio bajo un cielo que vigila.
En la ciudad todos los amores son clandestinos.
¿Quién puede respirar?
¿Quién sabe apreciarlo?
En inadvertidos desafíos caminan.
EL DESEO ES UN HUÉSPED
Se entra en el amor
con el bullicio de chiquillos
que juegan en una piscina.
Se sale del amor
con el silencio de dos viejos
que miran en la playa
la lenta asfixia de un ahogado.
NIÑOS BAJO LA LEY DE LAS PALOMAS
Ella susurra la cura, conoce transparencias: «Hay otro nombre, uno secreto, intraducible, que, una vez alcanzado, no podrán arrebatarnos».
Ella desamarra el dolor del sentido de la tierra: «Ni el olvido que evapora la sangre. Nada nos lo arrebatará».
Y una perezosa sabiduría va atravesándonos hasta volvernos locos.
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