La singularidad tecnológica ¿Nueva era o vieja confrontación?
Desde que, hace algún tiempo, conocí el concepto de singularidad tecnológica, tengo que admitir que me ha apasionado, y mi mente vuelve una y otra vez sobre este tema en los momentos menos esperados.
El concepto de singularidad tecnológica fue concretado por Vernor Vinge en un artículo allá por 1993. Digo concretado porque se este tema ha sido abordado directa o indirectamente desde hacía ya bastante tiempo, tanto en círculos de la ciencia ficción, como en otros más académicos. Vamos a ver un poco que es esto de la singularidad tecnológica.
Comencemos por los orígenes del término. En astronomía se conoce como singularidad aquel punto de un agujero negro a partir del cual las leyes de la física que conocemos hoy dejan de ser válidas (tienden a infinito y comienzan a hacer cosas extrañas) y por lo tanto, no tenemos ni idea de que es lo que ocurre a partir de dichos puntos.
Tomando prestado el término, Vinge y sus acólitos piensan que, a no mucho tardar, un salto cualitativo en las ciencias hará que se inicie una nueva época post-humana, de forma tal que cualquier triste habitante de esta nuestra época, no será capaz de realizar ningún tipo de predicción sobre los acontecimientos que sucederán a partir de dicho hito. No solo eso, el devenir mismo de dicha sociedad estará totalmente fuera de su comprensión.
Vinge enumera las distintas vías que pueden hacernos alcanzar la singularidad:
- Desarrollo de un ordenador con una inteligencia muy superior a la del ser humano.
- Desarrollo de redes de ordenadores que comenzasen a funcionar como un cerebro.
- Creación de interfaces hombre-máquina que convirtiesen a los hombres en super-inteligentes.
- Manipulaciones biológicas que eleven nuestro nivel de inteligencia.
Es pues la singularidad un eje en el que pivota la era actual y una futura de la que nada sabemos y de la que nada podemos predecir ¿de verdad?
Estas casuísticas son controvertidas, pues, como os habréis fijado, 3 de ellas llevan la palabra inteligencia en ella, y llegar a un acuerdo sobre lo que la inteligencia es suele ser peliagudo, preguntar a vuestros conocidos por su definición de inteligencia y veréis que poquito se parecen unas a otras.
En cualquier caso, vamos a suponer que, sea lo que sea la inteligencia, comienza a existir un ser, o unos seres, que son ampliamente más inteligentes que el ser humano actual. Por poner un ejemplo, vamos a suponer que para estos nuevos entes un humano adulto corriente vendría a ser lo que para nosotros es hoy un niño de 3 años corriente. A partir de ahora podemos continuar con este ejemplo, en el que el hipotetico nosotros de esta narración, tomará parte por la nueva corriente, los post-humanos.
Si cualquiera de nosotros naciese y creciese normalmente, pero en una sociedad en la que todos sus habitantes tienen la inteligencia de un niño de 3 años, seríamos sin duda un ser extraordinario dentro de dicha sociedad. Podríamos resolver problemas que para ellos serían sencillamente imposibles, o desarrollaríamos comportamientos adaptativos fuera de los límites de su comprensión y que, sin embargo, fueran probadamente existosos. Incluso la comunicación sería limitada, podríamos manejar conceptos que difícilmnte podríamos transladarles. Esta avalancha arrolladora de éxito por mayor inteligencia provocaría casi seguro 2 reacciones:
- Por nuestro lado, buscaríamos la forma de encontrar, o crear, otros seres como nosotros, a los que poder llamar nuestros iguales. Solo nos sentiríamos plenos entre ellos y además, con muchos como nosotros incluso seríamos capaces de solucionar problemas que hasta para nosotros solos son demasiado.
- Por el lado de los niños, se crearía un sentimiento de amenaza que los llevaría a actuar como cualquier ser amenazado, con agresividad.
A partir de ese momento el enfrentamiento es inevitable, las riendas de la sociedad deberán ser llevadas por un grupo u otro, pero nunca por una mezcla de los 2, pues las diferencias entre ambos son demasiado grandes. O bien los niños ganan y nos dejan como una especie de lacayos de enorme utilidad, pero bajo un estricto control, o ganamos nosotros y desarrollamos una sociedad en la que tenemos el mando y dejamos a los niños como adorables mascotas.
Esta historia es vieja como la propia humanidad, neanderthales vs cromañones, sociedades sedentarias vs sociedades nómadas, imperio romano vs tribus europeas, europeos vs nativos americanos y un largo e interminable etcétera.
La singularidad tecnológica solo es nueva en lo relativo al origen del invasor.
Y sin embargo, no creo que ninguno de los casos expuestos anteriormente crease un futuro post-humano. Albert Eisntein lo resumió muy bien:
La liberación del poder atómico ha cambiado todo excepto nuestra forma de pensar.
En mi opinión, las motivaciones, los anhelos y las preocupaciones de todos los seres inteligentes del planeta, expresadas con mayor o menor sutileza, son muy parecidas: cubrir las necesidades vitales, amar y ser amado, crear una siguiente generación, tener momentos de ocio y de placer etc. Sea lo que sea que nos venga a sustituir, si es que realmente es más listo y más bestia que nosotros, creo reflexionará y se comportará de una forma muy similar a la nuestra.
¿O quizá no? Quizá surja algo completamente nuevo cuyas motivaciones y comportamientos sean completamente inexcrutables para nosotros y que, para colmo, tenga la inteligencia y los medios como para tomar las riendas de la sociedad. ¿Merece la pena reflexionar sobre ello si como base decimos que sus actos escaparán a nuestra comprensión?
Para mi no es realmente importante la pensar sobre si la singularidad acabará ocurriendo o no, lo cierto es que según el día pienso una cosa u otra. Resulta mucho más atractivo el acicate que es para estudiar nuestro pasado y reflexionar sobre nuestro futuro.
Ja ! Ja ! Ja ! La raza de chimpancés parlantes llegará a su fin. Adiós monos presumidos, mezquinos, envidiosos y egoistas.
En el cerebro están muchas de las respuestas o soluciones a partir de análisis a los interrogantes que el futuro nos depara; la tecnología sin duda generará rupturas importante, inimaginables y no esperadas, porque a pesar de pasar de la sociedad de la información a la del conocimiento, creo que nos muestran lo que quiere que veamos.
La pregunta que me gustaría sea analizada es ¿Y la educación?; cual será entonces la universidad del futuro para la sociedad del transhumanismo, que sobrepasa la inteligencia, el pensamiento actual y posiblemente las emociones.