Los videojuegos sociales ganan terreno
Por Daniel García
Facebook, Tuenti, Twitter y demás. Las redes sociales están en nuestras vidas desde hace poco y han entrado de forma muy virulenta, nos acostamos con ellas y desayunamos con ellas. Siendo una plataforma tan inmensamente popular el ocio electrónico como medio se ha ido volcando en estos nuevos soportes de forma brutal hasta el punto de que actualmente Facebook y Farmville parece una unidad indivisible de nuestra vida en internet.
Zynga, creadora de Farmville y Mafia Wars entre otros, es junto con la propia red social una de las páginas más valoradas en internet y si saliera a bolsa, esta haría millones de dólares, cosa que no es de extrañar; poca gente no ha jugado a estos juegos, aunque sea poco, y aun menos gente no ha oído hablar nunca de ellos. Las redes sociales han abierto un nuevo tipo de mercado para la industria de los videojuegos con unas ideas básicas que aun no se llegan a comprender y menos aun dominar, pero lo que está claro (y solo hay que observar los números) es que la posibilidad de explotación de este espacio existe y puede salir muy, muy rentable.
Ni siquiera soy capaz de asegurar que estas aplicaciones se puedan considerar videojuegos. Los videojuegos ofrecen una experiencia al usuario además de entretenimiento, permiten al jugador volcarse en la acción y experimentar aquello que los diseñadores quieren que experimente. Como el cine, los videojuegos nos aportan algo más que simple entretenimiento, nos ayudan a conocer las cosas y a nosotros mismos. Sin embargo, juegos como Farmville u otros minijuegos de Facebook o de plataformas móviles simplemente nos aportan un entretenimiento en la mayoría de los casos; son la versión modernizada de un crucigrama y seguramente sea esa, precisamente, la razón de su éxito.
Su sencillez, facilidad de introducción y la posibilidad de mostrar en tiempo real nuestro progreso a nuestros amigos convierte estos juegos en un pasatiempo social con el que quemar nuestras horas muertas. Y para la industria, supone una inversión mucho más barata que los grandes videojuegos de consola y que se puede vender a un público muchísimo más grande y de forma mucho más sencilla(y además no sufren tanto la persecución política del medio). Estos juegos sociales son actualmente la panacea ya que ofrecen mucho potencial de negocio por un coste considerablemente menor, sin embargo y como he mencionado anteriormente, estos juegos se dejan gran parte del valor cultural de los auténticos videojuegos. No ofrecen esa experiencia, ni esos mensajes, ni nos dan una posibilidad de introspección, son un simple entretenimiento rápido y vacío.
En definitiva, los videojuegos sociales, seguramente están aquí para quedarse y observarán en los próximos años un perfeccionamiento de la oferta ya que actualmente, grandes desarrolladoras como Bioware o Disney están planeando llevar sus juegos a las redes sociales. Sin embargo, el camino de estos juegos y el de los videojuegos como tal, no es el mismo, ni debieran verse como productos similares, juegos sociales y videojuegos no son lo mismo y aunque seguramente sean capaces de convivir en el mercado en un principio ambos pelearan por el éxito.
Absolutamente de acuerdo. A ver si a la gente se le pasa la tontería de las redes sociales