Game Dev Story o como convertirte en un “jefazo” del sector
Por Lucía Perdomo
Muchos recordaréis la sorpresa que supuso, allá por 2008, un juego desarrollado para plataformas móviles que dio un salto cualitativo en cuanto a gráficos sobre todo lo que se había visto hasta entonces en este ámbito. Se trataba de One. Un título de lucha en 3D desarrollado además por un estudio español, Digital Legends, que se ganó un espacio en muchos de los medios de análisis de videojuegos que hasta entonces apenas tomaban en cuenta los juegos para móviles. Desde entonces hasta ahora ha habido otros juegos que han llamado la atención de la crítica por destacar en su “especie” gracias a algún atributo especial, aunque en la actualidad esto está cambiando; los juegos para móviles han pasado de ser noticia por ofrecer una calidad “inesperada”, a ser valorados en tanto que juegos. Y es que no en vano ya hay muchos que sitúan el futuro de los videojuegos en los bolsos y bolsillos de los usuarios, llegados hasta allí a través de una descarga de precio bajo y calidad aceptable.
El caso que nos ocupa, el de Game Dev Story, (de los japoneses Kairosoft, con versión lite gratuita, para Iphone, Ipod Touch e Ipad) se sitúa en esta última tendencia. No es un juego “espectacular” por ninguna razón. Sencillamente es una de esas descargas que cuestan lo mismo que un refresco en un bar –hablamos de los bares de verdad, ojo, no los del Congreso- y que resulta gratamente divertida, de las que luego comentas con tus amigos y compañeros de trabajo. Se trata de un juego de estrategia cuya finalidad consiste en la emocionante tarea de dirigir una compañía desarrolladora de videojuegos para llevarla al éxito comercial. Quien escribe es consciente de que probablemente a aquellos que trabajen en una compañía de verdad lo visto en este título les parezca una insultante versión de Los Mundos de Yupi, pero dejadnos que “nos lo creamos” por un rato quienes siempre lo hemos visto todo desde el otro lado de la barrera.
Como en todo juego de estrategia comenzarás desde abajo; tu sede será una pequeña oficina, con cuatro empleados no muy cualificados y la inestimable ayuda de una secretaria que, con el paso del tiempo, valorarás como el verdadero cerebro de la compañía, y es que sabe del sector más que Noé de chubascos. Tendrás un pequeño presupuesto que deberás administrar con precaución, dividiéndolo entre productos a desarrollar, mejoras para “levear” a los empleados y publicidad.
La primera plataforma para la que desarrollar juegos –aunque también podrás vender productos más sencillos que desarrolles para otros- será el siempre agradecido PC, pero a medida que transcurra el tiempo, medido en semanas, meses y años, asistirás a los eventos de presentación de múltiples consolas con cuyas licencias podrás hacerte no sin un importante esfuerzo ahorrador, aunque luego se amortice con los beneficios. Estas presentaciones son de lo mejor del juego: a través de una sencilla secuencia –es siempre la misma, no olvides que es un juego para móviles- asistirás a una especie de recorrido histórico consolero, en el que verás, por riguroso orden cronológico, el nacimiento de máquinas como la “Uranus” o la “IES” de “Intendro”, o la “PlayStatus” de “Sonny”. E, igual que pasó en la vida real, no todas tendrán el mismo éxito, por mucho que en la presentación te digan que van a tener unos parques enormes de unidades en el mercado; haz caso a tu “avispada” secretaria si te avisa de que, por ejemplo, te lo pienses dos veces antes de gastar dinero en desarrollar juegos para la “Virtual Kid”… Las consolas, así, irán siendo lanzadas y eliminadas del mercado, y tú deberás procurar ir al mismo ritmo, hasta que por fin desbloquees la opción de crear tu propia máquina.
Mientras tanto asistirás a entregas de premios en los que estarás nominado junto a otros títulos que te levantarán una sonrisa (The Leyend Of Henga, Donkey King…) y una vez al año a una feria, para la que tendrás que decidir el presupuesto que te dejas en tu stand.
En tu oficina será realmente donde se cueza todo: tendrás que decidir el género y el tipo de juego, intentando crear combinaciones coherentes –no tendrá mucho éxito un action RPG de baloncesto- y pudiendo desbloquear nuevas opciones para elegir a medida que vayas desarrollando más productos. Cada cierto tiempo pasará a visitarte un vendedor a quien le podrás comprar ítems que emplear en los juegos, aunque deberás gestionarlas a través del equipo… Tu equipo: ese grupo de seres que tienen, o no, diferentes habilidades puntuadas y niveles, a los que podrás entrenar –invirtiendo dinero en ellos, claro- y/o despedir, a medida que tu compañía crezca y su rendimiento se vea limitado. Podrás decidir desde dónde encontrar nuevos candidatos a tu empresa, hasta a quién encargar el desarrollo de un nuevo guión, gráficos o sonido de un juego, basándote –si quieres- en sus puntuaciones, aunque también podrás contratar a alguna estrella mediática para estos menesteres. Como en la vida real, también fallarán dándote algún disgustillo, al igual que el mercado o los equipos, que no son siempre estables. Tras terminar un juego y lanzarlo al mercado, la crítica se encargará de puntuar tu juego y, a diferencia de lo que conoces, lo hará tirando por lo bajo.
Por supuesto, de nada servirá que desarrolles buenos productos si nadie oye hablar de ellos, así que para eso también podrás gestionar la publicidad de tu empresa, desde comprar cuñas para radio a lograr que un famoso te “apadrine” un juego: así irás ampliando tu público, por edades y sexos, que son, en última instancia, los responsables de que vendas más o menos.
Para llevar toda esta responsabilidad en Game Dev Story basta con una mecánica de las más sencillas y unos gráficos simpáticos y algo pixelados –a posta, claro- que ofrecen a cambio una jugabilidad bastante buena. ¿Puntos flacos? El sonido, que más que sonido al final ya se convierte en “soniquete martillero”, y que es bastante repetitivo, pues la vida de tu compañía se desarrollará de manera cíclica. Seguro que igual de cíclica y previsible que en una compañía real…
NOTA: 7,5
Parece el sueño de muchos. Qué curiosa propuesta.
Y se me han saltado las lágrimas con Intendro y The leyend of Henga, jajajajaja