Otras maneras de respirar
‘Noodles’, ‘Jardí tancat’, ‘White darkness’
Por Ana Martos Carmona
Fotografías de Pablo Álvarez
Ayer se cerró el programa que la CND presentó el pasado 11 de noviembre en la sala roja del Teatro de Canal. Cuatro días en los que ha compartido escenario con la CND2 y ha dado a conocer el trabajo del coreógrafo francés Philippe Blanchard. Junto a la potente pieza de estreno, dos imprescindibles del anterior director artístico Nacho Duato: ‘Jardí tancat’ y ‘White darkness’.
Innovación y continuidad para una compañía que según nos indicaba su actual director –Hervé Palito– abre el abanico de creadores y experimenta nuevas formas de trabajo.
Noodles
Ocho platos de fideos y otra manera de entender un repertorio que se abre a un lenguaje más experimental.
El movimiento es la sustancia de la danza y ‘Noodles’ un flujo continuo de energías en el que la música en directo de Philippe Boix-Vives sirve de marco perfecto para dejarse llevar por los diferentes estados que propone la pieza. El hilo conductor un plato de noodles, ocho historias que hablan de baile, de la seducción y la violencia que lleva implícita, de la ingravidez y la distorsión.
La coreografía de Blanchard es un punto de inflexión en el repertorio de la compañía, que asume la forma teatral y la improvisación del cuerpo. Un código en el que se replantea el movimiento y se abren las posibilidades de la subjetividad, se pasa por el humor y se descubren los acentos.
‘Noodles’ agota la caída y el suelo para ir asumiendo un espacio donde los intérpretes caminan, observan, juegan e inventan. A la potencia del baile se suman las intervenciones de los bailarines, un atrezzo original y cinco músicos que saben dar el acento preciso integrándose en la historia.
Otras maneras de respirar y de moverse por un escenario en el que la técnica se difumina intencionadamente y aparece la persona.
Jardí tancat
La CND2 interpreta la atmósfera del primer Duato, acogedora y amarilla.
Ambientada en el mediterráneo, Jardí tancat se apoya en los textos populares de la tradición mallorquina y la música de María del Mar Bonet.
Con una madurez interpretativa y la frescura de quien se asoma a una pieza de larga trayectoria, la compañía joven revela el mar y el trabajo de la tierra. El reparto de tres dúos expresa diferentes disposiciones de ánimo en un entorno reconocible y concreto que sin embargo, puede ser universal.
Estrenada por el Nederlands Dans Theater, y ganadora del primer premio en el Concurso Coreográfico Internacional de Colonia, vuelve a representarse en esta ocasión para Madrid en Danza 27 años después de su primer estreno.
White darkness
Atravesar la oscuridad o quedarse atrapado en ella.
“Blanca oscuridad” se te agarra por dentro, de alguna manera durante los minutos que dura la pieza, se instala la sombra y aflora el sentimiento de fragilidad. Bien por la expresividad de la interpretación, bien por la música de Karl Jenkins, si la posibilidad de cambio existe o se desploma es algo que le tocará descubrir al espectador.
Duato se aproxima en esta coreografía a un código que no enjuicia y que simplemente expone un tema complicado; la droga y su influencia en el comportamiento social.
A pesar de lo tenebroso parece que hay algo de luz. Lo cierto es que esta pieza no deja indeferente, replantea la capacidad de comunicación con los demás y la mirada hacia el interior de uno mismo, la más difícil.
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