Entrevista a José Luis Muñoz
Por Javier Vázquez Losada
José Luis Muñoz no deja de escribir. De escribir y de triunfar con lo que hace. Acaba de ganar el premio de Novela Negra Ciudad de Carmona, con Frontera Sur (Almuzara) Y ha sacado poco después otra novela, Marea de Sangre, que reseñamos en otra sección. Y sin embargo lo que nos ocupa ahora es su libro de cuentos, La Mujer Ígnea (Neverland Ediciones), que tuve el honor de presentar en el Getafe Negro, hace unas semanas. Es un libro honesto, que contiene la voz de un escritor verdadero, poblado de relatos negros y fantásticos, que no decaen ni que los llenen de plomo.
Valga esta entrevista, también, como recuerdo de nuestro encuentro.
—Un año lleno de novedades este 2010…
Este año ha sido excepcionalmente fructífero, con tres libros publicados en España y uno en Francia. La Frontera Sur es un libro ambientado en una de las fronteras más peligrosas y tensas del mundo, la de Estados Unidos con México, territorio en el que trazo una historia de pasiones desenfrenadas entre Mike Demon, un agente de seguros de vida acomodada, y Carmela, una camarera de Tijuana obligada a prostituirse; es una novela negra, pero también una novela social que habla del absurdo de las fronteras, de la emigración ilegal, de las redes de prostitución, narcotráfico y corrupción policial que hay detrás. Mientras que Marea de sangre, que acabo de publicar, está ambientada en un territorio mucho más próximo, la Costa Brava, en los años 80, con el tema de la especulación inmobiliaria, el blanqueo de capitales, los testaferros, protagonizada por el jefe de la policía municipal de la población que se niega a mirar hacia otro lado y certificar como accidentes lo que cree son asesinatos. Novelas negras ambas, sí, pero muy distintas, no sólo en lo geográfico.
—Háblanos de la génesis del libro y la selección de los cuentos.
Realmente me resultaba complicado seleccionar los relatos que deberían integrar el libro. Opté por seguir un baremo ajeno a mí propia opinión. Reuní relatos premiados, o publicados en revistas y antologías y, curiosamente, cuando les di forma de libro me di cuenta de que tenían una extraña coherencia interna, que todos ellos eran fronterizos con el género negro, con el fantástico, que algunos eran muy eróticos, además de ser negros, o sea, que todos transitaban por los géneros que más he transitado a lo largo de mis veinticinco años de escritor.
— Son heterogéneos en tema y extensión, pero con puntos en común: su negritud, los tonos, las cuidadas atmósferas.
La atmósfera, el escenario, dibujarlo, recrearlo, es esencial para que luego los personajes se puedan desenvolver con naturalidad. Cuido mucho la ambientación. Los detalles son fundamentales. Yo suelo decir que el relato es un género muy difícil, porque es una novela bonsái que no te permite la digresión, tiene que ser perfecto de principio a fin para que funcione. Y los finales son imprevistos para el lector porque también lo son para el autor. Yo no conozco nunca el final de un relato o de una novela cuando la inicio, y eso es lo que me divierte y atrapa y, por extensión, atrapa al lector, o al menos lo intento.
—Si me tengo que quedar con algo es con la naturalidad con que fluyen los relatos, con la que desfilan sus personajes, las voces atinadas de todos ellos, incluso los más sórdidos
Los diálogos son fundamentales. Cada personaje tiene una forma diferente de comunicarse, utiliza un léxico diferente. Tengo la suerte de tener buen oído, o de estar muy atento a mi alrededor cuando entro en un bar y escucho las conversaciones. Lo mismo hago cuando viajo y me interesa luego, a raíz del viaje, armar una narración.
—Maestros, fuentes de inspiración.
Es difícil descubrir influencias. Los escritores leen, pero quizá no tanto como lo hacen los lectores. Tengo una influencia clara de Cortázar. A mi Cortázar me donó el placer por la escritura. El maestro argentino sabía convertir lo cotidiano en extraordinario. Creo que, junto con Borges, fue uno de los mejores cuentistas. Pero admiro a escritores como Malcom Lowry, porque Bajo el volcán es una de las novelas que más me ha impresionado, los clásicos rusos, los latinoamericanos del boom, los últimos premios Nobel, Jelinek, Hertha Müller, Coetzee, que me parecen todos muy acertados, y dentro del género negro tengo especial devoción por Patricia Higshmith y Mac Bhem, el autor de La mirada del observador.
—La postergación del Relato frente a la Novela.
Se empieza a hacer justicia al relato. 2010 ha sido un año con una buena cosecha. Se han publicado 88 libros de relatos, lo que no está nada mal, en España. Existen, además, relaciones entre relato y novela. Sin ir más lejos mi novela El corazón de Yacaré estaba inspirado en un antiguo relato, de mi época universitaria, que extraje de uno de mis cajones.
—Estupendo relato el que da el título al libro. Entiendo que es un homenaje a Cortázar.
Me di cuenta cuando se iba a publicar. No era consciente de ello pero sí lo fui cuando lo corregía en las galeradas. Ese territorio nebuloso entre realidad y fantasía me resulta muy sugerente, el que el protagonista no termine de saber si realmente estuvo o no con la bella cantante negra de soul creo que es uno de los puntos atractivos de ese relato de amor con fantasmas.
—Te confieso mis preferidos: Manjar de ratas, El otro Klaus, M.M, Un tal Sr Ibáñez.
Manjar de ratas es un relato de anticipación, con robots que parecen humanos y tienen sus mismas reacciones. El otro Klaus transcurre en un tren, durante la Segunda Guerra Mundial, y es un relato de espías. M.M. es un homenaje a un personaje muy querido por mí, Marilyn Monroe, a la que dedico también Mis quince minutos con Norma, que se inspira en el cortometraje pornográfico que rodó la estrella cuando era Norma Jean. Y Un tal señor Ibáñez es un relato sobre un impostor que decide seguir jugando su papel porque el trabajo de sicario tiene más alicientes para él que el de despachar al publico tras el mostrador de una oficina bancaria. Son relatos muy diferentes, con texturas y tramas variadas, y eso creo que puede ser uno de los alicientes del libro, su variedad, no sólo temática sino de estilos. Yo considero que el estilo debe de estar al servicio de la historia, y en eso trabajo.
— ¿Habrá otro libro de relatos? ¿Escrito, por escribir?
Estoy preparando una nueva antología. La mujer ígnea y otros relatos oscuros es mi cuarto libro de relatos después de La lanzadora de cuchillos, Una historia china y Viajeros de sí mismos. Espero publicarlo en 2011.
—Háblanos de Getafe Negro.
La proliferación de este tipo de festivales no es más que la constatación del gran éxito de los géneros llamados populares, negro, fantástico, ciencia ficción. Espero y deseo que este festival crezca y se desarrolle y sea un referente en el territorio nacional como es la Semana Negra de Gijón.