Rubens en El Museo del Prado
El Museo del Prado exhibe en Madrid casi un centenar de obras del prolífico pintor flamenco Pedro Pablo Rubens en dos salas contiguas. Mañana viernes se inaugura esta muestra que pretende acercar al público la complejidad de este artista, que fue pintor favorito de Felipe IV. El Museo del Prado completa esta muestra con un documental ‘Rubens, el espectáculo de la vida’, dedicado al pintor y realizado en co-producción con el Centro de Estudios Europa Hispánica y Angular Producciones, bajo la dirección de Miguel Ángel Trujillo.
Para esta ocasión el Museo del Prado ha creado un singular montaje en el que las noventa obras se exponen en esta muestra siguiendo un único criterio, el cronológico, y se muestran como secuencias concatenadas de un plano panorámico continuo.
Entre las obras maestras de Pedro Pablo Rubens (1577-1640) figuran Lucha de San Jorge y el dragón, San Pablo, El jardín del Amor, Las tres Gracias, Ninfas y sátiros o Hércules y el Cancerbero. La muestra presenta obras de gran fuerza expresiva como Lucha de San Jorge y el dragón, con figuras fuertes y rotundas. También destaca la gran serie del Apostolado, en la que se podrán contemplar algunos de los cuadros no expuestos en los últimos años como San Mateo. Otra de las grandes series que se podrán es la de la Torre de la Parada, que ocupa parte de la segunda sala de la exposición.
Por primera vez después de más de una década, se muestra la serie completa encargada por Felipe IV para el pabellón de caza de los montes del Pardo. Además, en esta sala están presentes las obras de la última etapa de su carrera, en la que se volcó en la potencia narrativa de los cuadros y en transmitir su contenido poético. Asimismo, su versatilidad hizo que tratara tanto temas mitológicos, religiosos, de historia o retratos y paisajes.
Con esta exposición, el Museo del Prado cerrará su programación expositiva de 2010 y tras su cierre, reubicará las grandes obras de Rubens junto a las de Velázquez y Tintoretto en la parte sur de la galería central y en el marco de la reordenación de la colección.
Para Alejandro Vergara, comisario de la exposición, “Pedro Pablo Rubens fue el pintor más admirado de su época en Europa. Sus méritos son incontestables: muy pocos artistas han conseguido transmitir una versión exaltada de la vida de forma tan persuasiva o nos ayudan tanto a acercarnos a un ideal de excelencia humano. Los valores que encontramos en la pintura de Rubens tienen mucho en común con los valores de los poetas antiguos (a menudo ha sido comparado con Homero): su arte es un recuerdo constante de lo que la vida tiene de heroico y de dramático, y nos ayuda a ensanchar el mapa de nuestros sentimientos, y a profundizar en ellos”.
“Rubens fue el pintor favorito de Felipe IV, que le encargó decenas de cuadros para decorar sus palacios madrileños, y fue también el principal comprador de las obras que el pintor dejó en su estudio tras su muerte. Él es la principal razón por la cual el Museo del Prado conserva la mayor colección que existe de obras de Rubens, con unas noventa pinturas (la cifra exacta oscila, según se acepten, o no, algunas atribuciones). Pero no es sólo cuestión de números: el hecho de que muchos de los cuadros de Rubens que conserva el Prado fuesen pintados para el rey, o para personas próximas a él, explica la gran calidad de la colección. El Museo del Prado nos ofrece una oportunidad única para adentrarnos en el universo de Rubens”, añade Alejandro Vergara, comisario de la exposición.