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Tributo a Fonollosa

TRIBUTO A FONOLLOSA

Por Marta Noviembre.

Tapas de cartón rematadas por cantoneras plateadas, el título estampado con un sello hecho para la ocasión, sesenta y cuatro páginas pegadas a un rojo lomo entelado, veintiséis poemas y veintiséis ilustraciones. Así luce Tributo a Fonollosa, un libro artesanal que rinde homenaje al arte del poeta José María Fonollosa.

José María Fonollosa ha sido definido como uno de los pocos ejemplos de “poeta secreto” en la historia de la literatura española. Desconocido o despreciado en su momento, fue una rara avis de la creación poética. Su primer poemario, La sombra de tu luz (1945), se imprime contando él apenas 23 años, sin embargo, en su trayectoria literaria sorprende el vasto vacío editorial que se extiende desde su segunda obra, Umbral del silencio (1947), hasta el paso por imprenta de Ciudad del hombre: Nueva York (1990), cuarenta y tres años más tarde.

Los veintiséis poemas elegidos por la Editorial delsatélite para la elaboración de Tributo a Fonollosa pertenecen a dos ediciones póstumas, Ciudad del hombre: Barcelona (DVD ediciones, 1996), que amplía la versión de 1990 de Ciudad del hombre: Nueva York, y Destrucción de la mañana (DVD ediciones, 2001), cuyo manuscrito se fechó inicialmente en 1988.

Junto con la labor de selección de los textos, la editorial tomó la valiente decisión de encargar cada poema a un ilustrador o ilustradora en concreto. Así, los correspondientes a Ciudad del hombre: Barcelona quedaron en manos de los artistas gráficos Diego Denote, Odón serón, Roxana Popelka, Lucas Rodríguez, Dentone Julieta, Rodrigo Adaos, Xueh Magrini, Peru Saiz y Pepe-Arrebato, Agustín Calvo Galán, Manuel Rodríguez e Higienísima. Por otra parte, los pertenecientes a Destrucción de la mañana fueron para Rodrigo Moreno, Virginia Jimenez, Zenon, Rodrigo Visceria, Germán Ucar, H Valdez, Dani Crust, Pepe Murciego, Fran Filigrana, Yolanda Riquelme, Sandra Gobet, Maria Luisa Porto, Rodrigo Córdoba, J. Jesús Sanz, y Pablo Malsueno.

Escogidos con premeditación y mimo para plasmar en imágenes el espíritu de los versos de José María Fonollosa, cada una de estas alegorías intensifica la fuerza que, pese a los continuos esfuerzos de distanciamiento, asoma sin piedad en sus palabras. Lejos de desempeñar una función de mero acompañamiento, las ilustraciones de Tributo a Fonollosa completan la sensación que los poemas provocan en el lector respetando a la vez la obsesión del autor por “la maldita difícil sencillez”, tal como él mismo confesaba en una carta a Pere Gimferrer, editor y prologuista de Ciudad del hombre: Nueva York (Sirmio,1990).

Porque existe en el verso de Fonollosa el deseo de moldear las palabras hasta la rotundidad, la búsqueda de la simetría en las estrofas, el gusto por esos endecasílabos blancos que tanto le acercaban a la prosa; todo ello al servicio de una comunicación sin ambages. Y es precisamente la desnudez última del lenguaje y el mensaje lo que encontramos en esta edición ilustrada de apenas quince centímetros de envergadura, casi especialmente diseñada para poder llevarla en un bolsillo de la camisa, bien cerca del pecho.

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José María Fonollosa murió en Barcelona, en 1991. Sobre su mesa, junto a varios borradores y un esbozo de testamento a lápiz, se encontraron los versos con los que arranca Tributo a Fonollosa:

No a la transmigración en otra especie.

No a la post vida, ni en cielo ni en infierno.

No a que me absorba cualquier divinidad.

No a un más allá, ni aun siendo el paraíso

reservado a islamitas, con beldades

que un libro garantiza siempre vírgenes.

Porque esos son los juegos para ingenuos

en que mi agnosticismo nunca apuesta.

Mi envite es al no ser. A lo seguro.

Rechaza otro existir, tras consumida

mi ración de este guiso indigerible.

Otra vez, no. Una vez ya es demasiado.


Tributo a Fonollosa

Textos: José María Fonollosa

Ilustraciones: Cada autor

ISBN: 84-935389-1-4

Nº páginas: 64

Edita: Ediciones delsatélite

José María Fonollosa (Barcelona, 1922-1991)

Si bien es cierto que José María Fonollosa dejó de publicar durante más de cuarenta años, nunca dejó de escribir. Paralelamente al extenso proyecto Ciudad del hombre: Nueva York, iniciado en 1948, que culminaría con la publicación de Ciudad del hombre: Barcelona (1990), desarrolló la abortada trilogía poética Soledad del hombre, formada por los títulos Destrucción de la mañana, Los rezagados y Tú, cotidiana. El silencio voluntario de su obra tan sólo fue roto por la publicación de Blues y cantos espirituales negros (1951), y en otra ocasión, una vez de vuelta en Barcelona tras diez años de exilio en Cuba (1951-1961), por la aparición de cinco poemas en la revista Poesía Española.

En sus inicios más cercano a la generación del 27 que a la del 50, siempre se mantuvo al margen de las estéticas dominantes. La temática de su obra gira en torno a su visión sobre las condiciones de existencia del ser humano moderno y, en especial, sobre la experiencia de despersonalización que comporta la vida urbana. La muerte, el fracaso, el sexo, la soledad, la ambición artística y social, son cuestiones recurrentes en la poesía de José María Fonollosa.

Joan Manuel Serrat rindió homenaje al autor musicando el poema Por dignidad en Nadie es perfecto (1994). Otro excelente tributo es el disco Supone Fonollosa (1995) del cantautor catalán Albert Plà, para el que Robe Iniesta, líder de Extremoduro, presta su voz al poema-testamento en el tema No.

Sus obras publicadas son: La sombra de tu luz (1945); Umbral del silencio (1947); Blues y cantos espirituales negros (1951); Ciudad del hombre: Nueva York (Sirmio, 1990), prólogo de Pere Gimferrer; Ciudad del hombre: Barcelona (Bauma, Cuadernos de Poesía,1993); Ciudad del hombre: Barcelona (DVD ediciones, 1996), prólogo de José Ángel Cilleruelo; Poetas en la noche (Quaderns Crema, 1997); Ciudad del hombre: Nueva York (Ediciones El Acantilado, 2000); Destrucción de la mañana (DVD ediciones, 2001), prólogo y edición de José Ángel Cilleruelo.

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