Sophie Hannah, una escritora al límite de los sentimientos más oscuros
Por Laura Muñoz /Fotografías de Pixel Madrid.
Sophie Hannah nace en Inglaterra en 1971. Comienza a escribir muy joven y a los 24 años de edad se publica su primer poemario The Hero and the Girl Next Door. Desde ese momento, no ha parado de crear, consiguiendo que su obra se haya traducido a 17 idiomas. De hecho, escribe un libro por año, aunque en España sólo se han publicado dos.
Lo primero que nos despierta Sophie cuando nos presenta su segunda novela bautizada Matar de amor es curiosidad y ganas de “gossipeo”, al más puro estilo de una serie americana, aunque con tintes que la diferencian: nada es rosa, nada es bonito, nada es agradable pero sí real. Nos incita a leer planteando algo que ocurre a menudo y a muchos: Tener un secreto.
Sophie nos cuenta que Matar de amor es un “thriller sorprendente y espeluznante sobre el amor obsesivo y la tortura psicológica” y que la trama surgió a raíz de una conversación con su hermana, en la que pretendió compartir con ella un gran secreto, y jugoso, entendemos, que debía guardar. Su hermana se negó a escuchar si no podía compartirlo con su marido, así que Sophie lo mantuvo para sí.
Las relaciones interpersonales son el eje de esta historia, donde cada uno de los personajes guarda algo importante que no comparten entre sí, detalles decisivos para la investigación que se desarrolla en la novela y que tendrán que escudriñar Simón y Carlota, los detectives de todas sus novelas.
Nos promete intriga y tensión y, durante la charla que mantenemos, compruebo que la fuerza de su escritura es intrínseca a su persona y, creo, de nacimiento si no genético: Sophie Hannah es hija de los escritores Norman y Adele Geras que si no han influido en ella como me confiesa, sí le pusieron al alcance el tipo de género que escribe, como Agatha Christie o Dona León.
Sólo hace falta una pequeña introducción de la trama y ya no puedes evitar querer saber más y, sobre todo, deseas descubrir la solución al gran problema de la protagonista: se ha enamorado de un hombre casado que, de repente, desaparece de su vida. Un hombre casado y aburrido de su matrimonio enamora a Noemi, una diseñadora de relojes. Se encuentran cada jueves -a escondidas, por supuesto- en un motel sólo con la idea de aprovechar el tiempo al máximo en ese encuentro semanal y escaso. Ella entra en un bucle de locura cuando él no acude a su cita semanal, ya que está segura que le ha debido ocurrir algo horrible. Él nunca faltaría a su cita…¿o sí?
Comienzan los problemas al plantearse quién es ella para denunciar la desaparición, qué les dirá, si tendrá que confesar ante su mujer que es su amante… Le preocupan esa serie de explicaciones que nunca se planteó tener que dar y sobre todo, le persigue el miedo de que su secreto, que ni siquiera le ha confesado a su amante, salga a la luz. Tras sopesar pros y contras, decide acudir a su casa y habla con su mujer. Se encuentra con alguien que, lejos de mostrarse preocupada, le dice abiertamente que es lo mejor para las dos. Parece que será Noemi la encargada de avisar a la policía pero… ¿y su secreto? ¿Tendrá que confesarlo?
Sophie y yo nos sentamos a hablar tranquilamente y de forma más personal. Le pregunto el motivo por el cual sus novelas hablan de mujeres sufridoras y su contestación está llena de coherencia: “Soy una mujer, de qué podría escribir mejor”.
Y es verdad…
Añade, para mi sorpresa, que lo que relata en esta segunda novela publicada por Duomo Ediciones en nuestro país ha sido un modo de desahogar y dar “aire” a esa misma historia que vivió de forma personal. Me da el pie perfecto para preguntarle por el motivo por el que surgen sus historias (el secreto con su hermana y su experiencia personal) y obtengo una respuesta clara: “Comienzo planteando una pregunta cuya respuesta encierre misterio y, a partir de ahí, desarrollo la historia”.
Sophie te lo pone muy fácil a la hora de hablar de su obra y, reconozco que tuve la sensación de estar “cotilleando” con una amiga más que realizando una entrevista. Agradezco a Diego por asistirnos como traductor simultáneo en nuestra conversación.
Comentamos el hecho que los temas elegidos para sus novelas sean “problemas de mujeres” y que ellas sean las sufridoras de su “película”. Compartimos la idea que realmente las mujeres son (o somos) luchadoras por naturaleza sin que se derive en feminismo por su parte en la forma de expresarlo en sus escritos. Simplemente, me dice, “soy mujer y hablo desde el único punto de vista que tengo”. Me encanta.
En su primera novela No es mi hija relata las experiencias de una madre que descubre, a la vuelta de un merecido paseo tras haber dado a luz, que el bebé que está en la cuna no es su hija. El marido de la protagonista, como la mayoría de la gente que la rodea, no consigue creerla y la toman por loca. Con esta primera entrega rompió toda previsión vendiendo más de medio millón de ejemplares. También tuvo que ver su experiencia personal en esta trama, pues cuando nació su primer hijo y estando aún en el hospital, cogió en brazos a un niño que no era el suyo. A través de esa sensación de miedo del hecho que podría haberse desatado, surge No es mi hija.
Por ella pujaron, literalmente, las conocidas cadenas televisivas BBC e ITV, resultando ganadora la segunda. BBC contraatacó fichando a Hannah para la creación del guión original que llevará a la pequeña pantalla en forma de serie.
No puedo más que augurar un destino brillante a Sophie, como viene siendo desde sus inicios en el mundo literario.