¿Pluriempleo para el Capitán Planeta?
Por Silvia Gomes Álvarez
El desarrollo de la capacidad tecnológica a todos los niveles nos trajo una noticia de relevancia a finales del pasado mes de agosto. La Misión Kepler del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsoniano de la NASA dio a conocer los resultados de uno de sus múltiples estudios: habían encontrado el primer sistema con más de un planeta en tránsito alrededor de una estrella. Lo curioso del asunto es que uno de los planetas tendría características similares a las de la Tierra. El planeta se postula podría ser de un tamaño 1,5 veces mayor que el nuestro, y tardar 1,6 días en orbitar alrededor de su estrella. Las investigaciones por parte de la Misión Kepler se prolongarán al menos hasta el 2012, y oficialmente su principal cometido es determinar si los planetas terrestres son comunes alrededor de estrellas tipo solar.
Pero, ¿por qué interesan este tipo de investigaciones? ¿Son mera acumulación de datos científicos cuya finalidad es el estudio mismo del asunto? Por tanto, las implicaciones de esta investigación son lo más interesante del asunto y se pueden entender desde los programas de investigación que se están llevando a cabo desde la NASA. La extravagancia del tema nos lleva a vertientes insospechadas, que si son ciertas, obviamente, la probabilidad de que sean reveladas por parte de la Agencia Espacial se aproxima bastante a cero.
En la década de los años 70, ya al final de la carrera espacial entre la URSS y EEUU, la NASA comenzó a interesarse en un programa que llevaba aproximadamente unos 10 años funcionando, al menos teóricamente, denominado SETI. El programa SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence) se ocupa de buscar vida inteligente en otros planetas bien mediante el análisis en la recepción de ondas electromagnéticas, bien enviando mensajes con la poco probable esperanza de que sean contestados. Este programa sigue hoy en día en funcionamiento, y “cualquiera” desde su casa puede ofrecer su colaboración (su ordenador) para procesar la información recibida. La cuestión que se suscita por tanto, teniendo en cuenta todo lo anterior, nos podría dar a entender que en realidad el cometido de la Misión Kepler podría estar relacionado con este asunto, es decir, que todo lo que se pretende al buscar planetas de tipo terrestre sería encontrar a conciudadanos extraplanetarios, con el fin de: pongámosle X.
Quizá la otra deriva, más evidente, del asunto nos conduzca a pensar que la búsqueda de este tipo de planetas tiene que ver con la posibilidad de que el ser humano more por aquellos lares. ¿Tan mal está nuestro Planeta que ya tenemos que ir a buscar uno nuevo? ¿Nos veremos dentro de poco sumergidos en una huída de la Tierra en busca de exoplanetas habitables como los protagonistas de la serie Battlestar Galactica? ¿Será un planeta sólo para integrantes de la NASA? Éstas y otras preguntas jamás serán contestadas.
En cualquier caso, si esta segunda deriva fuera la verdadera razón de la Misión Kepler habría un elemento moral ineludible, y es que si no somos capaces (como obviamente año a año se va mostrando) de cuidar y mantener nuestro planeta mediante un Desarrollo Sostenible, tanto por parte de las corporaciones como por parte de la gente de la calle (lo que nos incluye a todos), de poco servirá dar con nuevos lugares habitables, y será entonces cuando el Capitán Planeta pida una jubilación anticipada porque la carga de trabajo será tan inviable como la vida en la Tierra o en la nueva Súper Tierra.
De todos modos la muerte del universo, bien por desgarramiento, por enfriamiento o por contracción, es algo inminente (fechado dentro de aproximadamente cincuenta mil millones de años); pero como sucederá a largo plazo, de momento la Tierra es todo lo que tenemos y nosotros sus únicos habitantes.
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