¿Es el HTC Desire HD el Evo europeo?

Si es que esto de la era de Internet es lo que tiene. ¿Que saca HTC un estupendo modelo llamado Evo para nuestros primos americanos? Pues ya estamos todos los europeitos de turno preguntándonos porque no ha habido un equivalente en nuestro mercado.
La salida del HTC Evo fue acompañado de muchos «¡ooh!» y un «¡ah!» cuando sus especificaciones fueron puestas a la luz. Los ooh principalmente fueron dedicados a su inmensa pantalla de 4,3’’, además, el terminal estaba adobado con un procesador de última gama y el archiconocido Sense, la capa que HTC acostumbra a usar para dar un toque personal a sus terminales. El «ah» provenía de su vertiente CDMA, típica del continente americano, pero sin uso en Europa, donde el GSM es el estandard.
Me queda la duda de porque el Evo no fue sacado al mercado europeo dado que revisando sus especificaciones, se puede ver que su procesador QSD8650 sí parece preparado para trabajar en redes GSM. Preguntando a HTC al respecto su escueta respuesta fue que el motivo obedecía a razones de mercado. Mis conocimientos de hardware son más o menos limitados, por lo que si alguien sabe más al respecto que no dude en comentarnos si se le ocurre alguna barrera técnica.
Fueran las razones que fueran, parece que después de 7 mesecillos de espera la compañía taiwanesa se ha acordado por fin de sus consumidores europeos y ha preparado un terminal similar al popular Evo, pero… ¿son realmente tan similares?

Dada la diferencia de tiempo entre el lanzamiento de uno y otro terminal se podría pensar que el Desire HD sería más una evolución del Evo que su terminal gemelo europeo, sin embargo esto no siempre es así. Vamos a repasar las características principales de ambos terminales.

Comencemos con las similitudes. La más evidente es el tamaño de la pantalla, 4,3’’ en ambos casos, así como la resolución, 480×800. Por supuesto, Android corre por las venas de ambos terminales y, según las últimas especificaciones conocidas, ninguno de los dos terminales tendrá problemas para ejecutar la versión 3.0 (Gingerbread) cuando esta sea liberada a finales de este año.
En las diferencias podemos señalar en primer lugar el tipo de pantalla, TFT en el Evo y Super LCD en el Desire HD. Si tuviera que elegir cual es mejor personalmente me decantaría por la montada en el Evo, y es que la escasez de pantallas AMOLED ha pasado pasar aquí factura a HTC. En cualquier caso, cuando el Lorenzo da de frente he podido contrastar que cualquier móvil actual deja bastante que desear.
En lo relativo al procesador, a pesar de que ambos usan un Snapdragon a 1GHz, el Desire HD utiliza un procesador de segunda generación QSD8255 que dobla la potencia de la GPU respecto al Evo. También se mejora la RAM en el Desire HD con 768 Mb contra los 512 incluidos en el Evo. La memoria interna avanza tímidamente a 2 Gb en el Desire HD, algo que considero claramente insuficiente en un terminal de gama alta por mucha expansión que se pueda hacer a través de tarjetas.
En las sorpresas cabe destacar la ausencia de cámara delantera en Desire HD, un error repetido también en el Desire original. Asímismo cabe señalar como decepcionante el retroceso del 20% en la capacidad de la batería del Desire HD, como si andasen sobrados a este respecto los smartphones actuales.
También se echa en falta una salida HDMI como la presente en el Evo o esa graciosa «pata» trasera que el Evo incorpora para sostenerlo en posición horizontal.

En líneas generales podemos decir que los HTC Desire HD y Evo puede que parezcan hermanos debido a su similitud en la pantalla; sin embargo, y sin olvidar que son equipos del mismo fabricante, tras un análisis más detallado empiezan a parecer más que hermanos, primos segundos. El HTC Desire HD sí parece más la evolución del Desire original, igualando o superando a este en todas sus características (menos la capacidad de la batería, inexplicable), mientras que el HTC Evo solo parece ligeramente entroncado con estos terminales.
Con sus luces y sus sombras, creo que el HTC Desire HD es un enorme, en todos los sentidos, smartphone que hace que la morriña despertada en el viejo continente con el Evo pueda ser enterrada definitivamente.