“Queridas mías”, de Clarice Lispector [Siruela]
«RÍO DE JANEIRO
17 de mayo de 1940
Querida Elizinha:
Hemos recibido por fin tu carta hoy viernes. «Por fin» porque siento tanto tu falta en casa que el martes ya estaba esperando el correo. Al irte tú, la casa quedó muy vacía y yo muy sola. Sólo espero que todo esto se compense con que puedas aprovechar al máximo tu estancia ahí.
Mi intención es ir el sábado. O quizá el próximo, porque hay un baile y existe una probabilidad entre 3 millones de que yo vaya: no tengo vestido (quería hacerme una falda larga de terciopelo y una blusa de encaje, pero es carísimo). Recibí el lunes 281$200 de la redacción en concepto de unas traducciones antiguas1. Pero entre las cualidades del dinero no está la elasticidad…
Elisa, ¿tienes otros huéspedes? Ojalá. Oye, cariño, tú siempre tienes suerte con el número 13, los viajes −son
tres− a Teresópolis, fueron en el asiento 13, y etc., ¿verdad? Pues bien, viajaste el día 13. Y papá, que se dio cuenta, dijo que en el concierto de Yascha Heifetz2 tu butaca ¡era la número 13! Voy a ver si te consigo un amuleto con el número 13.
Elisa, ¿tienes por ahí cerca una farmacia para que te pongan la inyección?
Por favor, escríbeme un poco más, te lo pido yo, y también Tania, a quien he leído tu carta. Papá no está, por eso no dice nada. Cuenta más detalles, recuerda que no sabemos nada de tu vida ahí. Has trabajado mucho en Juiz de Fora. Cuidado con el surménage.
Hija mía, sé feliz. No me decepciones. Y escribe en cuanto recibas esto, el mismo día.
Tania no manda recuerdos, dice que te escribirá. Manda mil abrazos.
Un gran abrazo de tu
Clarice
RÍO DE JANEIRO
P. S. No te pongas nerviosa si no puedes entender la letra. Cuenta hasta 10, da una vuelta por el jardín y vuelve al trabajo con espíritu de sacrificio cristiano.
RÍO DE JANEIRO
22 de mayo de 1940
Querida Elisa:
Realmente no puedo entender por qué no escribes. Francamente, ¿te cuesta tanto un día sí y otro no (alternos) escribir una nota? Ya no te pido que cuentes novedades, ni que escribas el diario de tu estancia en Miguel Pereira, sino sólo ¡noticias! Entiendo que ahí no hay teléfonos, que estás lejos, pero ansiamos noticias tuyas.
Queremos saber incluso menudencias, si la comida es buena, si el ambiente es agradable y si te sientes bien. Todo, todo.
Nosotros seguimos bien. En cuanto a Marcia, no sólo está bien, ¡está magnífica! Parece una bolita de color rosa. Hace poco he llamado a Tania, que no me ha podido atender porque estaba acabando de secar a la Srta. Marcia, recién salida de su baño perfumado.
Papá está muy bien, afortunadamente. Fue a ponerse la sonda y, al sorprenderse de que el líquido de la vesícula saliera de color diferente a las otras veces, el médico le explicó que la diferencia era favorable: ahora la vesícula está funcionando. Seguirá el tratamiento, hará las preparaciones necesarias y dentro de poco irá al médico.
El sábado por la noche voy al baile. Una tortura encontrar la tela. Pero, en fin…, ¡deberes sociales! (¡Ja, ja!)
Edith va a pasar una semana en Friburgo; su madre está enferma. Si consigue a alguien para ocupar su lugar, bien; si no lo consigue, qué se le va a hacer. Voy a comer a la ciudad, pero ahora sin ti, para hacer una juerga de cines después.
Elisa, el cuento que presenté al Pan… va a ser publicado. O el hombre está loco o la loca soy yo.
¿Has leído, has descansado, has comido, has dormido, has escrito, has paseado, has engordado? Sólo la mala fe por tu parte te impide escribir. Por favor, cariño, escribe siempre, siempre. Es un rollo no tener noticias tuyas. Estoy aquí muy sola («en este enorme caserón», añadiría un personaje romántico de Delly) en […].
RÍO DE JANEIRO
Tania te ha escrito hace días.
Elisa, piensa que estas vacaciones son la «gran oportunidad ». Vive como viviría una princesa, es decir, sin preocupaciones. Duerme, o por lo menos échate un poco después de la comida. Da un pequeño paseo cada mañana. Y sé feliz y descansa. Recuerda el «tranquilismo de Li-Yutang». «No hacer nada» es una de las ocupaciones más productivas del hombre.
Hasta luego, querida. Si no recibo carta tuya, te iré a buscar.
Un gran abrazo de
Clarice
Papá te manda recuerdos y saudades.
36 B c 3… (¿te ha gustado?).»
TITULO: Queridas mías
AUTOR: Clarice Lispector
TRADUCTOR: Elena Losada
EDITORIAL: Siruela
COLECCIÓN: Libros del Tiempo
PRECIO: 22,95€