LibroLandiaReseñas

¿Has visto al león?

¿Has visto al león?, de Armando Quintero. Ilustraciones de Géraldine Alibeu. Pontevedra, OQO Editora, 2010. Cartoné, 25×23 cm., 48 pp., 12.50€. También en gallego. A partir de 4 años.

Por José R. Cortés Criado.

Una bella historia de amor que surge de las palabras del escritor uruguayo-venezolano Armando Quintero, no exenta de intriga y de esperanza, pues quien quiere llegar a la luna o está loco o está enamorado.

El desconcierto se inicia cuando la rana, que busca denodadamente al rey de la selva para entregarle una carta que huele a hierba fresca y a flores recién cortadas, pregunta a los animales que se encuentra a su paso si han visto al león, pero nadie sabe dónde se encuentra.

El mono le dice que perseguía alcanzar la luna, la liebre que lo vio correr, la cebra, el elefante, el águila, la hiena…, están sorprendidos de su deambular por la selva en pos de la luna, sin parar de correr y sin comer.

Todos, lectores incluidos, estamos preocupados por esa extraña actitud del animal, las ilustraciones ayudan a sembrar esa incertidumbre, pues unas páginas carentes de color nos muestran a los animales estáticos y desconcertados ante la pregunta de la rana y otras, plenas de vida y cromatismo nos presenta un león lleno de energía y movimiento.

Las páginas de escaso colorido llevan textos que hacen avanzar la historia y nos adentran en la aventura, pero las de mayor viveza carecen de texto, hecho que nos hace entrar en el terreno de las dudas sobre el problema que afecta al protagonista del relato, obligándonos a formar parte de la historia o de su interpretación.

La francesa Géraldine Alibeu realiza un gran trabajo con sus collages, muestra unos animales preocupados y desconcertados por el comportamiento extraño del león y a la par muestra las ansias de vivir del ser enamorado que cambia de comportamiento cuando lee la carta de su amada.

En todas las páginas aparece un pequeño nativo masai, único ser humano en la selva, que sigue atentamente el desarrollo de la trama, es el testigo de tan singular historia de amor, en la que la amada no quiere grandes hazañas sino amor y ternura. La única condición que le pone al león es que le lleve un frasquito de agua bañada por la luz de la luna llena.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *