Rock the ballet. Danzando el rock
Por Javier Marjalizo
Se hace el silencio en la sala al apagarse las luces, silencio interrumpido por alguna que otra tos, inevitables como siempre. Esa oscuridad y ese silencio se rompen con el comienzo de una canción que seguro que a la mayoría le resultaría raro escuchar en un teatro, es I gotta feeling de The Black Eyed Peas y es que esto es Rock the Ballet, lo último de Rasta Thomas con la compañía The amazing boys of dance.
Rasta Thomas apenas tiene 29 años y es uno de los más exitosos bailarines actuales, medallas de oro en concursos internacionales y colaboración en importantes ballets del mundo. En 2001 fue el primer bailarín americano que formó parte del famoso Ballet Kirov de San Petersburgo. En 2007 fundó su propia compañía con la que pretende dar a conocer el ballet a todo el mundo y demostrar que no es algo sólo para expertos sino que cualquiera puede disfrutar con los bellos y gráciles movimientos clásicos unidos a breakdance e incluso al famoso moonwalker de Michael Jackson.
Hasta el 10 de octubre, en el Teatro Fernán Gómez de Madrid podemos disfrutar de una experiencia divertida, que transmite mucha energía y de la que sales del teatro con ganas de repetir y compartir con los conocidos este descubrimiento que es llevar al pop y rock actual los pasos y movimientos de la danza clásica. Con temas de Michael Jackson, Queen, Prince, U2 y Coldplay entre otros este espectáculo consigue llevarnos a un viaje a través de la música y el baile donde hay una historia, pero no es la misma historia para todos. Cada uno la verá, la disfrutará y la interpretará de una manera. Unos con nostalgia al ver cómo unos excelentes bailarines ponen movimiento a grandes voces del pop que ya nos dejaron, otros con alegría al sentirse invadidos por la marcha que los 7 bailarines transmiten a cada paso que dan y los más con ambos sentimientos encontrados.
El espectáculo está dividido en dos partes, la primera se titula Beautiful day y la segunda Rock you, totalmente diferentes una de otra, en la primera se cuelan un Carmen de María Callas y el inolvidable Ne me quitte pas de Jaques Brel, la segunda parte es un largo medley de temas de los ochenta y noventa con Queen, Prince y su especial homenaje a Michael Jackson. Un escenario con la única decoración de una gran pantalla al fondo que, junto con el juego de luces, ayuda a los bailarines a crear una atmósfera ideal para que el público disfrute más aún.
Con motivo de la Noche en Blanco algunos afortunados pudieron disfrutar de dos pequeños pases de 30 minutos donde los bailarines demostraron lo que sería el espectáculo completo (90 minutos), ni que decir tiene que los dos pases de 600 personas cada uno se llenaron y hubo mucha gente que se quedó fuera.
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