Square-Enix: ¿una fusión afortunada?
Por José Manuel Tornero.
Que el dominio de los videojuegos ha ido pasando su supremacía lenta pero inexorablemente de oriente a occidente durante los últimos años es un hecho innegable. La repetición de fórmulas y estereotipos, el inmovilismo o el atraso gráfico respecto a los juegos occidentales se postulan como algunas de las causas de esta situación. Son muchas las compañías niponas que han marcado la época dorada de los juegos orientales, aunque si tuviéramos que hablar de los gigantes del rol no podemos dejar de mencionar a Squaresoft y Enix.
Su fusión llevada a cabo el 1 de abril de 2003 suponía un bombazo dentro del mundo de los videojuegos, los creadores de sagas de tanto renombre como Final Fantasy y Dragon Quest se unían para crear una única compañía y las expectativas de los usuarios eran muy altas.
Aunque el juego había sido creado por Squaresoft, el primer título que saldría bajo sello conjunto iba a ser Final Fantasy X-2. Éste título iba a romper moldes en cuanto a la política de empresa. Por primera vez se continuaba la historia de un Final Fantasy, la décima entrega númerica que además había sido éxito de ventas y obtenido grandes críticas de la prensa especializada. Sin embargo, la fusión no iba a empezar con buen pie, ya que Final Fantasy X-2 iba a ser masacrado tanto por prensa como por usuarios. La sombra de Sakaguchi y Uematsu parece que todavía era muy larga.
A partir de aquí la trayectoria de la compañía en cuanto a la calidad de sus juegos no ha sido todo lo buena que cabía esperar. Si bien durante estos 7 años ha salido alguna nueva IP de calidad como The World Ends With You, la política de la compañía ha estado basada casi exclusivamente en secuelas (algunas de dudosa calidad), spin offs y remakes varios para todas las consolas posibles explotando la nostalgia de tiempo mejores. La última «perla» que esperamos es el próximo estreno de Parasite Eve 3; una ilógica evolución de una genial saga de rol que había añadido acción en su segunda entrega y que ha pasado a convertirse en un shooter en tercera persona para la portátil de Sony.
Aún así hay decir que no han sido trayectorias similares las que han seguido Final Fantasy, Dragon Quest o Kingdom Hearts (los emblemas de la compañía). La primera cada vez se parece menos a lo que fue en sus comienzos y ha pasado de personajes inolvidables a estereotipos ridículos o de mundos abiertos a pasillos interminables con un peso argumental cada vez más nimio. El caso de Dragon Quest es la otra cara de la moneda, siendo quizás la saga de rol con más influencia en Japón y que sigue manteniendo unas cotas de calidad muy importantes. Por último, nos encontramos con Kingdom Hearts, una saga que surgió de la genial idea de unir el mundo Final Fantasy con la magia de Disney y que con el tiempo se ha convertido en una novela ininteligible con la aparición de mil y una historias paralelas que han terminado por desvirtuar ese fantástico mundo.
Parece ser, que la unión de esfuerzos ha favorecido más a Enix y empequeñecido a la inolvidable Squaresoft. Atrás quedan los tiempo en los que cada nuevo juego era mejor que el anterior disfrutando de obras maestras como Chrono Trigger, Xenogears, Parasite Eve, Vagrant Story y tantos otros. Quizás ni los beneficios económicos (que al fin y al cabo es el fin último de una empresa) ni muchos de vosotros me dáis la razón o quizás, como he dicho muchas veces, es cuestión de nostalgia.
Muy buen artículo sí señor! Completamente de acuerdo sin ser un gran aficionado de ninguna de las dos compañías.