Con las manos vacías
Con las manos vacías, de Ana Tortosa (textos) y Cecilia Varela (ilustraciones). Pontevedra, OQO Editora, 2010. Cartoné, 36 pp., 25×23 cm., 12.50 €.
Por José R. Cortés Criado.
Ana Tortosa nos presenta una historia de amistad, de cariño. Todo comienza cuando Jara es invitada al cumpleaños de Mario y no sabe qué regalarle en ese día tan señalado.
Mientras se dirige a casa de Mario busca algo para regalarle, un poco de mar, un racimo de nubes, unos trinos de pájaros…, al final llega a su destino con las manos vacías, pero mientras camina va descubriéndonos que hay otros elementos importantes para regalar y no se trata de objetos materiales, nos habla de cosas naturales, imaginativas y amigables, porque un regalo especial no es fácil de encontrar.
Se trata de un buen cuento, donde lo lírico se impone a lo material. La autora nos dice que los mejores regalos no son los que se compran, sino el cariño; todos podemos ser un regalo muy estimado para nuestros verdaderos amigos.
El cuento se estructura sobre una serie de preguntas y respuestas que tienen mucho de adivinanza. Si el lector o lectora está atento a este monólogo de la protagonista, podrá adivinar quién es el personaje que celebra su cumpleaños.
Las ilustraciones de Cecilia Varela están llenas de vida; a lo largo de las páginas veremos a la pequeña Jara con sus dos acompañantes, el gato y el pulpo. Éste último es divertido y algo inquieto, tan pronto lleva una botella con su mensaje dentro como un paraguas o una estrella de mar. El gato negro es un guiño a la marinería, hasta hace poco estos felinos eran los cazarratones del barco.
Predominan los colores azules y ocres, el mar y la arena; y aparecen variados elementos marineros como el timón, la playa, el barco, el faro, la caracola, los peces, las gaviotas…
Es un cuento muy agradable, adecuado para leerlo e intentar adivinar quién es Mario, así le daremos mayor interés a su lectura, y, por supuesto, disfrutar de sus ilustraciones.