La oscura noche de Neil Young
El 18 de noviembre de 1972 Danny Whitten, guitarrista de Crazy Horse, moría de una sobredosis de heroína. El 4 de junio de 1973 el roadie de CSN&Y, Bruce Berry, seguía el mismo camino y en idénticas circunstancias. A ellos, “que vivieron y murieron por el rock and roll”, dedicó Neil Young Tonight’s is the night un disco que estuvo a punto de no ser publicado y que es probablemente el más oscuro de toda su carrera.
Todas las tardes de ese verano del 73, a eso de las seis, se reunían en un local de ensayo de Hollywood un jovencísimo Nils Lofgren, Ben Keith con su steel guitar, los dos caballos locos (Ralph Molina y Billy Talbot) y el tío Neil para jugar al billar y montarse una juerga hasta más o menos la media noche. A esa hora empezaban a aprender, ensayar, tocar y grabar las nuevas canciones que les iba presentando Young, y como las grababan sin casi conocerlas, el sonido que registraban era crudo, emocional e incluso desafinado. Una música sin pulir a la búsqueda del sentimiento puro.
El disco que confeccionó (y se sabe ahora tras la aparición hace unos años del acetato original) era distinto del que finalmente se publicó dos años después de estas sesiones. Comenzaba con “Tonight’s the night (part-I)” seguida de “Mellow my mind”, “Roll another number”, “Tired eyes” y “Speakin’ out” todas ellas aparecidas en la versión final. Después iban dos temas que, dado que no fue publicado el Tonight…, aparecieron en 1974 en su siguiente trabajo el también desolador On the beach (“Walk on” cerrando la cara A y “For the turnstiles” abriendo la B). Después colocó la inédita “Bad fog of loneliness”, la editada “New mama”, “Winterlong” que aparecería en Decade (1977), la también publicada “Borrowed tune” y para cerrar “Traces”, interpretada en alguna ocasión durante la gira de 1974 con CSN&Y y que sigue sin aparecer oficialmente.
Los días 11 y 12 de agosto en el Corral Club de Topanga Canyon (California) y luego el 20, 21 y 22 de septiembre en el Roxy Theater de Los Angeles, fue la puesta de largo de los temas recién compuestos y grabados. Hasta mediados de octubre no vería la luz “Time fades away” por lo que la gente esperaba una continuación de la exitosa gira de presentación de Harvest junto a los Sray Gators, pero se encontró con shows muy cortos (hacia dos pases diarios) en los que interpretaba 9 temas muy oscuros y desconocidos para luego cerrar con The losing end. En cualquier caso, como se puede comprobar en algún bootleg que circula por ahí, el recibimiento del público fue bueno, tal vez porque los sitios elegidos invitaban a este tipo de experimentos, aunque lo peor estaba por llegar.
Entre finales de octubre y principios de noviembre organizó una mini gira en Canadá e Inglaterra. Fueron 10 conciertos en una época en la que no existía internet y las noticias llegaban demasiado tarde, si es que llegaban, por lo que nadie sabía que era lo que se iba a encontrar. Con el cartel de no hay billetes para todas las actuaciones repetía la estructura de los meses anteriores en los clubes de California. Empezaba con el tema que daba título al disco, agradecía el buen recibimiento que le había dado Miami Beach y cantaba otros siete temas inéditos más hasta que anunciaba que iba a tocar una canción conocida por todos, y después de los aplausos repetía el “Tonight’s the night” en una versión más cruda y salvaje todavía. Tras un descanso interpretaba unos cuantos grandes éxitos, que era lo que la gente esperaba ver, sin saber aún que de Neil se puede esperar cualquier cosa…
El público lo acepto más o menos a regañadientes, pero la prensa fue durísima y destrozaron al artista, la gira y las canciones. La repercusión debió ser tal que, cuando volvió a Estados Unidos para ofrecer una decena de conciertos más, decidió intercalar algún tema conocido en lugar de hacerlos todos seguidos para que el show fuese más llevadero. No fue suficiente y su discográfica decidió echar atrás el proyecto negándose a publicar ese disco. Por el contrario, y para aprovechar el tirón de la gira que iba a iniciar junto a CSN&Y, si editó al año siguiente On the beach a pesar de no ser mucho más alegre y luminoso que el que habían rechazado unos meses antes.
A finales de 1974 tenia preparado un nuevo disco que se iba a llamar Homegrown, así que reunió en su casa a un grupo de amigos para escucharlo y tomar unas cervezas. La gente quedó encantada y no se dio cuenta de que al acabar enlazó esa grabación con una versión remozada del LP aparcado meses atrás (cambio cinco temas e incluyó uno cantado por Whitten en un concierto de 1970). El alcohol hizo su efecto y los invitados se dejaron arrastrar por la euforia, así que le animaron a que luchase por que fuese ese el disco que se publicase. Si el primero que habían oído era bueno, este segundo era mejor.
Tonight is the night apareció finalmente en las tiendas en junio de 1975 envuelto en una carpeta negra con fotos de la gira inglesa y sin ninguna promoción ni publicidad. En aquel momento el recibimiento fue bastante frío y un fracaso comercial (ha vendido en Estados Unidos menos de medio millón de copias) aunque el paso de los años le han hecho justicia convirtiéndole no sólo en una de las obras maestras del autor si no también de todos los tiempos.