OutRun: sol, curvas y la mejor banda sonora de la historia

Por Lucía Pedromo

Siempre es buen momento para echar la vista atrás y recordar las legendarias recreativas de Sega, pero si hay una que siempre acude a nuestra mente con la llegada del verano, esa es OutRun. La obra maestra de AM#2 (el mismo equipo de desarrollo, con Yu Suzuki a la cabeza, que firmaría años más tarde joyas del calibre de Sega Rally o Shenmue), puede que resulte algo simple para los gustos actuales (simplemente consiste en sortear el tráfico y llegar a la meta, antes de que el cronómetro llegue a cero), pero OutRun siempre ha sido más que un arcade de conducción. La mejor prueba de ello es que, 24 años más tarde, nos es imposible borrar de la mente los acordes de Magical Sound Shower, una de las tres festivas partituras que podíamos elegir (en la emisora de radio de nuestro flamante Ferrari Testarossa), y que componen la que, para muchos, es la mejor banda sonora de la historia.

No seremos nosotros los que desmientan tamaña afirmación. La música creada por Hiroshi “Hiro” Miyauchi (que se completaba con otros tres inolvidables temas: Splash Wave, Passing Breeze y Last Wave) forma parte de la historia de los videojuegos, al igual que la icónica imagen del Testarossa circulando a toda velocidad por una autopista flanqueada por palmeras.

Muchos años antes de la consolidación de los polígonos (curiosamente por culpa de otras dos creaciones de AM#2, Virtua Racing y Virtua Fighter), Yu Suzuki logró dotar al juego de una profundidad y una suavidad gráfica inéditas hasta la fecha, gracias a la hábil utilización de la tecnología Super-Scaler de Sega, la misma que parió iconos de la talla de AfterBurner o Hang-On. Puede que para las generaciones actuales, los gráficos de OutRun parezcan pueriles (o incluso grotescos) en comparación a mastodontes gráficos del calibre de Gran Turismo, pero en el año 1986 la recreativa del Testarossa supuso toda una revolución que fue mas allá de las puertas de los salones recreativos para conquistar los mercados domésticos a través de un sinfín de adaptaciones para los ordenadores de la época (a manos de U.S. Gold con bastante poca fortuna) y de la mano de la propia Sega en sus propias consolas. Desde unas meritorias entregas para Master System y MegaDrive hasta la que está consideraba la mejor adaptación hasta la fecha: la incluida en la serie Sega Ages de la añorada Saturn.

Buena prueba del mito que siempre ha rodeado a OutRun es la aparición, en 2003, del soñado OutRun 2, en el que Yu Suzuki y su equipo lograron recrear, gracias al poderío gráfico de los polígonos, toda la jugabilidad y el encanto del original, en un entorno de ensueño. Esta entrega fue convertida, de manera impecable, por los ingleses Sumo Digital a distintas plataformas (Xbox, PlayStation 2, PSP y recientemente en formato descarga para Xbox Live y PlayStation Network).

Quizás fue la prensa especializada inglesa la que mejor ha sabido resumir el carisma, la diversión, la emoción que transmite OutRun en el jugador, catalogando la experiencia de pilotar el Testarossa con tres palabras: The Beautiful Journey. El hermoso viaje. Porque en OutRun no importa llegar primero a la meta o hacer un derrape perfecto. Lo importante es disfrutar con el paisaje, con la música y dejarnos llevar por una época mágica, en la que un puñado de sprites eran suficientes para dejar volar nuestra imaginación. Si disfrutaste de él en su día, seguro que lo echas en falta. Si no conoces OutRun, te estás perdiendo una de las mayores maravillas que nos dio la década de los 80.