«Ningún sitio», de Giovanni Nadiani
Por Carmen N. Torres.
Cuando la desorientación es la clave que marca nuestros días, cuando la alienación a través del consumo y de la aspiración y la apariencia es lo que determina nuestras vidas, surgen obras como la de Giovanni Nadiani.
El italiano, que escribe en dialecto romañolo, nos presenta en Ningún sitio una antología que reúne poesía editada a lo largo de su larga trayectoria junto a varios poemas inéditos, y que conforman un sugerente y cohesionado trabajo.
Ese vacío de vida al que hemos llegado a través de la sacralización de la mercancía crea una no-existencia. Y esa negación es la que expresa continuamente el poeta para ubicar al «yo poético»: «ningún sitio», «no plaza», nos dice. De este modo, el escritor constata la desolación al realizar un retrato de nuestra sociedad, devorada por la deshumanización: «¿no es un milagro que / en lugares como éstos viva gente / que se toca las manos que se mira a los ojos que se / dirige la palabra…?».
Nadiani ataca la uniformidad que provoca la globalización. Desmenuza los elementos cotidianos en donde esa dominación del capitalismo se hace más palpable, con tono irónico, y los señala como símbolos, desnudando su inocente apariencia. Por eso en los versos encontramos muchas menciones concretas, o incluso marcas comerciales muy publicitadas. Pero figuran con una perspectiva crítica, pues se trata de referencias insertadas en contextos degradantes.
Además, el autor demuestra una gran habilidad para convertir cada episodio concreto en un símbolo, para introducir un significado literal y un significado alegórico en sus poemas: «hemos perdido la voz a fuerza de / gritar en esta humedad movida por el ruido».
Por otra parte, igualmente refleja la degeneración del medio ambiente. Así, plasma entornos degradados (también moralmente), contaminados y artificiales, iconos de la urbe (como el parking, el aeropuerto o el supermercado), que irrumpen y se interponen destruyendo la comunicación con la naturaleza.
De esta manera, se produce una falta radical de sintonía dado que el «yo poético» no se amolda a ese mundo mecanizado y consumista, y por eso Nadiani alude en diferentes ocasiones a la imposibilidad de explicar la realidad, o aquello que se intuye en ella: «el mundo nos habla y nosotros / no somos capaces de captarlo».
En los textos el poeta omite todo signo de puntuación que indique alguna pausa. Además, los versos no se amoldan a los sintagmas, por lo que se encadenan las oraciones ofreciendo una sensación apabullante, que se corresponde con la velocidad y el desorden imperante en la sociedad.
El extenso poema que da título al volumen y que abre el libro es una buena muestra del tono de toda la obra. Sin embargo, las últimas piezas son más amargas y desoladoras. En cualquier caso, sobresale el texto que cierra el volumen, el largo poema titulado “La Escuela de la Indiferencia”.
Se trata este de un poema extraordinario, en el que se alternan dos voces (la «voz masculina» y la «voz femenina») y que expresa plásticamente ese vacío al que aludía al principio de la reseña y que es el motor que agita la escritura de Nadiani: «nicths / niente / nada / nada / atolondrados / enmarañados en la nada // nada / nada en absoluto / no nos dijeron nada / no nos preguntaron nada / atolondrados enmarañados en la nada / nada en absoluto / no nos hacen ver nada / haciéndonos verlo todo». El texto, marcado por ese ritmo atolondrado, desconcertado, se encuentra plagado de dudas y refleja su angustia existencial. Pone de manifiesto la crítica de Nadiani a la deshumanización, la alienación y el individualismo que rigen la sociedad, expresada con gran capacidad de síntesis.
Así, Ningún sitio nos trae a un poeta audaz, perspicaz y certero, a un agudo observador de nuestras relaciones, que nos presenta un excepcional libro, lleno de cuestionamientos.
Ningún sitio
Giovanni Nadiani
Edición bilingüe
Traducción de Mercedes Ariza
92 páginas
Baile del Sol, 2010
ISBN: 978-84-92528-92-9
http://www.bailedelsol.org
http://www.gionni.net/