Por Laura Muñoz.

Los narradores cabrones… también existen.

En la mesa, Elia Barceló, Elena Clemente, Cristina Macía y Steve Redwood.
En el reloj, las 20.30 horas.
En la carpa central del recinto de la Semana Negra, un lleno.

Os presento a Steve, reputado escritor de ciencia ficción, británico afincado en Madrid y autor de más de 50 relatos publicados en antologías y en distintos medios literarios en Inglaterra y EEUU.

Esta tarde de sábado lo tenemos frente a nosotros para explicarnos quién necesita a Cleopatra. Buena pregunta porque Cleopatra no aparece en la novela. Ante esta duda, Steve prefiere no desvelarlo y esperar que cada uno saque sus conclusiones tras leer el libro… Al terminar -dice- tendremos la respuesta.

La siguiente cuestión viene de boca de Elia afirmando, más que preguntando, que le cuesta encontrar conexión entre Steve y el narrador de la novela porque “el narrador es un tipo mentiroso, antipático, pesado… Vamos, un completo gilipollas”. Steve sonríe y contesta diciendo que siempre se tiene una parte, por pequeña que sea, en común. Y Elia arquea las cejas sin creerle demasiado (sonríen ambos cómplices).

Llegados  a este punto de la mesa redonda con Steve, ya nos damos cuenta del grado de complicidad que existe entre los ponentes que lo acompañan y él mismo, llenando cada momento de un humor que todos entendemos a pesar de ser suyo.

Se nota una admiración mutua entre Elena Clemente -traductora de la novela- y Steve, que aprovecha el momento para agradecer públicamente a Elena la genial traducción realizada. Él es consciente de que ha sido un duro trabajo, sobre todo, por la cantidad de frases hechas que ha introducido en su obra y que han sido perfectamente captadas por Elena, que sonríe tras el micro.

Metiéndonos en la tripa de ¿Quién necesita a Cleopatra?, Elia le dice a Steve que debe tener una pasión por las mujeres, ya que las ensalza en sus obras y quiere saber si realmente esa admiración es sólo eso o quiere conseguir adeptas a su novela de ese modo. Steve, sin pensar y volviendo a sonreír, le contesta diciendo que “por supuesto, me gustan las mujeres”… Siguen las risas y analizamos la pregunta porque existen tres mujeres “malas” y vienen del futuro.

Es Elena la encargada de explicaros algo más acerca de estas tres mujeres “malas”, pero yo no lo voy a hacer y así decidís sin son “malas” o no tanto cuando leáis la novela.

Mientras, y para que no me odiéis, mirad.