Hoy temprano, de Pedro Mairal
Por Marcelo Guerrieri.
¿Quién puede darnos un mapa confiable para llegar al amor, la verdad o el heroísmo?, se nos lanza la pregunta desde la contratapa de Hoy temprano; la respuesta son doce cuentos que pueden leerse como doce formas de decir que no existe tal mapa confiable. Para llegar al amor, la verdad o el heroísmo, lo que nos presenta Mairal es una serie de caminos transitados a los tropezones por personajes queribles, más bien perdidos, que oscilan entre el desconcierto y la valentía.
Si el punto de llegada se diluye eternamente, ¿será que buscamos un destino ilusorio?, ¿o es que solo equivocamos el camino? En el cuento que da nombre al libro, se narra un viaje doble: desde la ciudad hacia la casa familiar en el campo, a la vez que viaje en el tiempo, en el que todo se degrada —la familia, la sociedad, la relación de pareja—; “un hombre que no sabe dónde frenar y sigue viajando… desde que salió hoy temprano, hace mucho”; tiempo y espacio se estiran y se enredan en un trayecto en espiral hacia el fantasma del paraíso perdido de la infancia. En cambio, el destino que se han fijado los amantes de Amor en Colonia, es un punto de llegada bien concreto: un fin de semana romántico. Pero se trata de un destino falso ya que allí no han de encontrar aquello que buscaban. Por el contrario, lo que los ha empujado a escapar, acecha en cada gesto. La aventura amorosa se convierte en escape constante hacia el destino que más temen y que irrumpe de manera insólita sobre el final del relato.
En Amazonía y Los héroes nos encontramos con figuras que ignoran su condición heroica; o que, a sabiendas de esta condición, deciden calzarse una máscara risueña y burlarse de la grandilocuencia de sus propios actos. “¡Me cago en Don Cristóbal Colón y su bonete! ¿¡Qué paraíso terrenal ni qué coñazo!?” exclama el narrador de Amazonía mientras la selva se va cerrando a espaldas de un grupo de conquistadores en busca de gloria y riquezas. En cambio, los personajes de Los héroes fundan su condición en actos pequeños. Opuestos a una espiritualidad impostada contraponen un heroísmo del que no son conscientes, construido desde la solidaridad visceral y el desconcierto compartido.
Atesorar —un viaje, la virginidad— convierte a las protagonistas de El viaje de la profesora Bellini y La virginidad de Karina Durán en solitarias guardianas de aquello que han sacralizado. En El viaje… una profesora narra a los asistentes de una peña cultural sus “impresiones de viaje por Grecia”. Pero lo que cuenta es solo un catálogo de lugares comunes mientras que se guarda para sí, atesorándolo, aquello transformador que el viaje tuvo en ella. Atrapada en una narración aséptica, tanto aburre a los concurrentes como se aísla. En La virginidad de Karina Duran, lo que la protagonista sacraliza es su castidad. Esta barrera que impone a la consumación del amor desata una reacción desesperada en el novio obsesionado por franquearla. El cuento trepa hasta los límites del delirio con una resolución extrema por la vía del absurdo.
Además de Hoy temprano (Ed. Aguilar, Buenos Aires, 2001) —su único libro de cuentos—, Pedro Mairal ha publicado tres novelas: Salvatierra (2008), El año del desierto (2005) y Una noche con Sabrina Love (1998); y dos libros de poesía: Tigre como los pájaros (1996) y Consumidor final (2003). En el blog del autor (pedromairal.blogspot.com) pueden leerse algunos cuentos de Hoy Temprano y diversos textos relacionados con su obra.