Cuidad dónde ponéis la X
Por Néstor García
Rezaba la campaña publicitaria, pasada por el tamiz de la manipulación, aquello de que “el algodón no engaña”. No, en Culturamas no nos ha dado por hablar de detergente. Sí, sigue usted en la sección de videojuegos.
La cuestión está en que a mediados de Junio, Microsoft sacó una maravillosa oferta para el servició de Internet (Live) de su Xbox 360. Aquel anunció pregonaba: 1 mes por 1 euro. El cual pagaríamos asociando nuestra tarjeta de crédito a la cuenta de Live. Teniendo en cuenta que el mes de Live ronda los 7 euros la proporción estaba bien pensada en estos tiempos de apretura.
Pero ojo, que seis euros de diferencia pueden provocar más de un disgusto. Más cuando la letra pequeña hace acto de presencia: “Después del primer mes, la suscripción se renovará automáticamente al precio normal de…” bla, bla, bla. Léase que el subrayado lo hacemos desde aquí; a Microsoft, ni a la mayoría de compañías, tampoco le interesa que demos vueltas alrededor de ciertas palabras. Y la tarjeta de crédito sigue asociada.
Para las personas que piensan que las promos se dan de alta el último día, se recuerda que como terminaba la inscripción el 3 de julio, si aplicamos matemáticas que gente de letras como el que escribe podamos entender, dicho mes a un euro termina el 3 de Agosto; con lo que la renovación automática se hará en esa fecha.
Tras acabar de erigirnos como salvadores de los no lectores de letra pequeña llega el siguiente punto: ¿Cómo narices doy de baja la renovación automática? Ahora la cosa se pone más que divertida.
Para dar el alta, lo podemos hacer desde los menús de la propia consola o desde la Web de Xbox. Tú metes tu número de tarjeta como en cualquier compra por Internet y a disfrutar. Y como ley natural, apuntarse a algo es sencillísimo y borrarse tarea titánica. Lo lógico es pensar que igual que te das de alta te puedes dar de baja: vas al menú de la consola y no hay opción, vas a la Web y donde normalmente hay un enlace para dar de baja cualquier servicio este ha desaparecido misteriosamente.
¿Y ahora que hago? ¿Borro el número de mi tarjeta? (No se puede) ¿Le digo al banco que cancele los pagos? (Podríamos meternos en un pifostio no interesante). ¿Solución? La de siempre: el incordio de tener que llamar al SAT (no es el Sindicato Andaluz de Trabajadores sino el Servicio de Asistencia Técnica). El número es 900 94 89 52 (si, los 900 son gratis aunque solo se puede llamar de fijo) y para desconfiados 91 45 34 025. Saldrá un contestador al que amablemente (o como queramos) le pediremos que nos mande a facturación y después dar de baja. Y entonces nos pasarán con un teleoperador con el que nos tocará lidiar.
Por supuesto, momento hilarante: si para darnos de alta solo nos hizo falta meter los números de una tarjeta de crédito, para darnos de baja podrán preguntarnos: por teléfonos, dirección, pregunta secreta de la cuenta del Live… Todo para asegurarse de que somos nosotros y no cualquier desaprensivo que quiere dar de baja nuestra preciada y solicitada renovación automática.
En este punto no debería haber pegas. Una vez terminado, deberíamos ir a comprobar en nuestra sesión Web que la renovación ha sido cancelada y apareceremos como usuarios Silver. Y ¿a que no saben qué? Ni el mejor guionista cómico hubiera dado con un final tan espectacular: debajo del mensaje de renovación cancelada aparecerá un genial enlace que nos dirá “Tu suscripción caduca en… ¡RENUÉVALA AHORA!”.
Los amantes de los ciclos continuos pueden seguir hasta el infinito con el proceso. Tirón de orejas hoy para Microsoft, que no aporta soluciones fáciles para sus usuarios. Nuestra recomendación como garantes del periodismo de servicio: lean y relean la letra pequeña y tengan cuidado al respecto de dónde estampan su X.
Genial artículo sobre un problema que seguro ha afectado a mucha gente. Es de conocimiento público que para darse de baja de cualquier servicio hay que sudar la gota gorda, pero esto de Microsoft es de órdago. Por cierto, tan felices que estaban los usuarios de PS3 con su on-line gratis y Sony se saca ahora de la manga el PSN+. Algún día explotará la burbuja…