Runaway: Estudiante de física atropella a chica problemática…

Por Daniel Muñoz.

… Y se mete en un lío de tres pares de narices. El pobre Brian Basco no se imaginaba que su perfectamente ordenado y rutinario mundo de doctorando iba a verse sacudido por practicar una de actividades más habituales del mundo académico: ir a recoger un libro.

Sometido a los caprichos del destino, atropella a Gina Timmins cuando se dirige a la librería y, a partir de entonces, su vida ya nunca volverá a ser la misma. Perseguidos por la mafia de este a oeste de los Estados Unidos primero, en busca de la chica después, y arrestado y juzgado por un crimen que no cometió finalmente (como el Equipo A), la odisea de Brian va a llevarle por ciudades, islas, lugares paradisíacos, incluso cementerios…

Todo ello perfectamente condimentado con un doblaje de lujo, una banda sonora original muy solvente y un arte gráfico que aporta mucha personalidad al conjunto, soportado por un motor propio que pone en escena todo el conjunto y permite el disfrute sin estar pendiente de lo que hay por detrás.

Cuando el equipo madrileño de Pendulo Studios planteó la primera parte de la saga, quién sabe si en las mentes de sus integrantes estaba el publicar dos entregas más (que ya se sabe que el presupuesto para la nueva parte de una serie depende directamente del éxito de la parte anterior) y mantenerse en la brecha casi diez años después tan frescos como el primer día, haciendo los videojuegos que realmente les gusta hacer.

En los tres juegos que componen la trilogía vamos a tener exactamente lo que los amantes de las aventuras gráficas más nos gusta: una gran historia, contada al estilo clásico, en formato point and click (en el que el jugador mueve el ratón por la pantalla señalando los objetos sensibles de ser manipulados, e interactúa con ellos pinchando para seleccionarlos y combinarlos con las acciones predefinidas de un menú contextual) y en tercera persona, trayendo a la memoria el regustillo clásico de los mejores tiempos de LucasArts (o Lucasfilm Games, según la época histórica que rememoremos) y Sierra.

En resumen, un paquete de tres juegos que cuestan lo que uno, divierten como diez, y hecho por españoles, que no es una cosa nada habitual en el mundillo. Y siempre da buen rollo apoyar el producto nacional, qué caramba.