El cazador y la ballena
El cazador y la ballena, de Paloma Sánchez Ibarzábal (texto) e Iban Barrenetxea (ilustraciones). Pontevedra, OQO Editora, 2010. Cartoné, 22×28 cm., 40 pp., 14.50 €.
Por José R. Cortés Criado.
¡Qué libro más bonito! La mezcla de texto e ilustraciones es estupenda. La autora, Paloma Sánchez Ibarzábal rinde homenaje a la ballena por excelencia, Moby Dick y también a Santiago, el viejo pescador solitario que no ceja en su empeño de vencer al animal en El viejo y el mar.
En este relato épico destacan los dos protagonistas, la ballena y el pescador; dos seres solitarios que se buscan más allá del afán de pescar o de combatir, ambos se necesitan para mitigar su soledad.
El cetáceo ha perdido su manada, deambula por el océano, aparece y desaparece de la vista del hombre que añora lograr tan codiciada presa, no existe descanso para él, noche y día la persigue, no duerme, no reposa, siempre está ojo avizor, arpón en mano o catalejo en ojo.
La historia avanza con el ritmo binario que le marca la autora, anochece…, amanece…, así suceden los días y las noches, la búsqueda incesante del viejo lobo de mar que tan pronto tiene aspecto fiero con su enorme arpón en la mano como tierno con su pijama y su gorro para dormir, que lo hace más indefenso e infantil.
El texto es de gran belleza, además de narrar las peripecias del marino, nos traslada al firmamento nocturno, nos hace seguir el curso de las estrellas, la infinitud del espacio, pensar en otros viajes y en la ballena que navega en un mar de estrellas. La autora muestra un léxico muy expresivo, recurre a frecuentes figuras retóricas y nos muestra su mejor estilo literario.
Cuando amanece nos movemos al vaivén de las olas y de los aletazos de la ballena que parece disfrutar jugando al escondite y ocultando el sol con su cola, mostrando la inmensidad de su cuerpo o dejándose tocar por el hombre.
La historia es muy tierna, los dos protagonistas son entrañables, sus vivencias, sus sentimientos y sus sueños se hacen nuestros conforme avanzamos en la lectura, que no dejará a nadie indiferente, ni a mayores ni a pequeños.
Las ilustraciones de Iban Barrenetxea son de enorme calidad y de gran lirismo. Desde la portada llaman la atención por el pequeño tamaño del barco en proporción a su tripulante y el mar de hojas otoñales donde se bambolea el pecio. Las guardas primeras nos muestran un barco sobre un mar de hojas anclado en una nube y las últimas el barco y el arpón anclado sobre un césped y la madreselva invadiendo su casco y su trinquete, dejándonos un enigmático final que cada cual podrá interpretar a su manera.
Las ilustraciones interiores diferencian perfectamente la noche y el día. Durante la noche la bruma cubre todo, el barco navega sobre mar o nubes pues su similitud es enorme, sobre hojas o sobre la luna, predominando los colores fríos. Al llegar el día, el mar es de hojas, los colores son más cálidos, el marinero es más agresivo, la ballena más provocativa, el sol mas resplandeciente y el mar termina siendo un campo de girasoles.
Las ilustraciones son de mucha belleza e ingenio, el ilustrador se atreve a transformar la realidad en paisajes fantásticos que no contradicen en nada el texto, sino que le sirven de contrapunto para formar un todo narrativo de gran calidad.
Auteur Jeunessedecuba
»El cazador y la ballena» es, si no me equivoco, el primer álbum de Paloma Sánchez Ibarzábal (anque casi al mismo tiempo salió el muy poético «Cuando no encuentras tu casa» en la misma editorial Oqo. Sin embargo, ya antes había publicado dos hermosos cuentos ilustrados en la colección Barco de Vapor: «Pirata Plin, pirata Plan» y sobre todo «¿Quién sabe liberar un dragón?», un interesante texto sobre el derecho de todos a la lectura. En la obra todavía breve pero interesante de Paloma Sánchez se destacan las referencias a la literatura y a otras obras literarias; en El cazador y la ballena, evidetemente se trata de «Moby Dick», de Helman Melville