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Mesa redonda con Ian Watson

Por Laura Muñoz (Gijón).

Llegamos a las 18:30 del domingo, a la espera del partido que jugará en dos horas nuestra selección y, como no podía ser de otra manera, Ian comienza la mesa redonda con un apunte en su línea: “Aviso importante: El equipo español ganará esta noche”.

El rojo hoy está a flor de piel y surge un aplauso espontáneo y lógico.

Cristina Macía comienza exponiendo la intención que tiene de seguir un orden cronológico en la presentación de las obras de Watson pero ya hemos perdido el hilo antes de empezar porque con Ian las cosas funcionan así.

Veo varias portadas de libro ante mí y sobre la mesa donde están sentados. The beloved of my beloved -que sería , traducido al castellano, algo así como El amante de mi amante– es la primera en ser analizada. Ian nos cuenta la imposibilidad de adquirir en España esta obra escrita a cuatro manos: las de Ian y un amigo italiano. Un solo libo escrito por dos autores con lenguas maternas distintas.

The beloved of my beloved está concebida como serie de relatos, cuentos para antes de ir a dormir contados a un tumor “del tamaño de una mujer” -dice Watson-. Se trata de una obra extraordinariamente romántica aunque, a priori, no lo parezca. Una sátira de ciencia ficción erótica y anti-erótica que no es fácil de publicar…se necesitaría una editorial igual de alocada que la obra para tal fin. Ganó el Premio de la Asociación de escritores en Inglaterra y sólo se puede adquirir haciendo pedido en internet, en la página de Ian.

Cristina sigue con este recorrido en el tiempo de las obras de Ian, dotando de gran importancia a Empotrados por ser especialmente influyente aparte que su fue su primera novela publicada. Recuerda Embajada alienígena como uno de los libros de extraterrestres más raros que existen.

Se le pregunta por el método de escritura e Ian nos cuenta que, en las tres primeras novelas, siguió las mismas pautas y se dio cuenta que quizá estaría resultando repetitivo y debía cambiar.

Para Embajada alienígena creó el personaje femenino de raza negra que “era la primera vez que se incluía un personaje de este tipo y características y se me ocurrió la idea mientras trabajaba como profesor universitario en Tanzania”.

Tras este puesto como docente, se fue a trabajar a Japón, ya que le resultaba bastante aburrido el tener que impartir una clase semanal. A Japón se desplazó también como profesor de Universidad y no resultó menos aburrido que en Tanzania, ya que se desató una huelga de estudiantes que duró dos años, tiempo que Ian estuvo presentándose en el recinto universitario, únicamente, para recoger su salario mensual que, sobre todo en estos tiempos no puedo dejar de mentar, fue aumentado en 5 ocasiones.

Watson aprovechó este “descanso” para escribir ciencia ficción y se limitaba a hacer acto de presencia en la facultad y sólo para recibir su sueldo “atravesando esa horda de pulgas manifestantes”. Y él nos lo relata como “una idea loca que se ocurre a veces” -y no puedo dejar de meter cuña al respecto porque ese “ocurre a veces” es difícil de creer si hablamos de Ian-.

En 1980, Ian decidió embarcarse en su primer proyecto “a cuatro manos” con Michael Bishop y supuso una  creación transatlántica y a golpe de Olivetti, sobres y sellos.

Después vino Magia de reina, magia de rey con el ajedrez de por medio y que surge en una visita que Ian hace a Eslovenia. Paseando por la ciudad, tiene visiones claras de historias a desarrollar. Como anécdota, Watson nos cuenta -con esa sonrisa que tiene tan característica siempre que nos habla de “maldades”- los problemas que tuvieron los traductores con el nombre de una calle eslovena que al traducir resultaba ser Avenida Avenida.

Nos introduce Gusano de fuego como una historia que quiso escribir porque, de niño, era una de sus pesadillas. Con este detalle, ya no puedo dejar de escuchar, por supuesto, porque es realmente interesante poder disfrutar de los pequeños momentos en que Ian nos deja entrar un poco más en esa personalidad tan especial que tiene. Bien, en esta novela se narra la historia de un niño curioso que se adentra en una cueva. En esa cueva hay un monstruo que lo viola. Hasta aquí podríamos medio entender sus miedos pero no termina aquí. El niño, tras ser violado por ese monstruo cavernoso, y no nos deja claro si después de nueve meses, pare. Tampoco nos deja claro si el retoño es humano, monstruo o mezcla de ambos seres. Habrá que leer Gusano de fuego.

Historias de carne trata de la venganza de los animales contra los humanos, una rebelión por matarlos y usarlos como alimento. Los animales viene del espacio con la intención clara de buscar y castigar a los culpables de su destino, pero se equivocan y atacan a una familia de vegetarianos. Nosç nos hace falta más detalle para que nos llame la atención.

En un momento de su vida, a Ian le ofrecen desde Games Workshop la posibilidad de escribir acerca de los juegos Warhammer y él acepta, haciendo finalmente Warhammer 40K (futuro) por eso de romper expectativas y parámetros que se pudieran esperar. Se hizo con la enciclopedia del juego y la leyó. Nos cuenta que a base de colocones que comenzaban a las 7 de la mañana y le regalaban bajón a eso de las 12, decidió que iba a ser space opera, un género que engancha, divierte y suele crear adicción.

Encerrados en un monasterio de batalla, no se le ocurrió otra cosa que incluir un subtexto que dice “era imposible no incluir”, y nos puede servir de ejemplo el marcaje con hierro candente en las nalgas de los personajes, dotando especial importancia y descripción a los aspectos musculares de esas nalgas. A Games Workshop no le parece para nada apropiado y le instan a corregir estos aspecto de la novela. No sabemos si por suerte o por desgracia, GW quebró y la novela de Ian cambió de distribuidor pero a éste no le llegó información alguna al respecto de esas correcciones, así que eso marcajes en los culos de los personajes fueron incluidos. GW lo retiró de circulación. En este momento, Ian les contestaba con un humor(suponemos inglés porque él lo es) con el que ellos no estaban dispuestos a lidiar.

La obra estuvo ala venta en eBay por un precio de 100$. Ahora mismo está prohibida su distribución por medios habituales, pero en la página de Ian se puede adquirir bajo print on demand.

Han pasado casi 40 minutos y nadie de los que estamos allí queremos parar de escuchar esta conferencia que, más que eso, parece una conversación entre amigos en el que uno se hace protagonista si querer.

Cristina termina su particular paseo “no cronológico” por entre las creaciones de Ian nombrando Orgasmachine -no hace falta traducción, ¿verdad?- escrita mientras vivió en Tokio, donde se publicó por primera vez y de la mano de un editor de porno(Kore) muy interesado por la literatura de ciencia ficción. En España no ha sido publicada, así que encontrarlo es otro de esos retos nos plantea Ian en su carrera literaria. Se trata de una “sátira erótica que no tuvo suerte“-otra vez tengo la sensación que se acerca una buena historia de Watson, de las que no se olvidan-.

“Los derechos en castellano están disponibles y a la espera de editor por si alguien se anima“, dice Ian con su particular mezcla de tonos.
Y añade, para termina su exposición y tras dar una breve explicación respecto a lo revolucionario de la novela(porque ésta describe la liberación de la mujer): “no tengáis miedo, tiene argumentos políticamente correctos para su lectura, no tenéis porqué avergonzaros”

La despedida no podía ser de otra manera si hablamos del gran Ian Watson, un gran descubrimiento personal.

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