Homenaje a Antonio Mercero en los cursos de verano de El Escorial
Por Carmen Fernández Etreros /Madrid.
Cuentan que a Antonio Mercero le gustaba apuntar frases en su libreta. Frases como “La memoria está en los besos” que escribió mientras rodaba su última película en la que trataba el problema del Alzheimer ¿Y tú quien eres? En el homenaje que la Universidad Complutense le ha tributado esta semana al conocido director de cine, autor de series memorables como Verano azul o Farmacia de guardia o películas como La cabina o Planta 4ª, han participado muchos de los que compartieron momentos vitales y profesionales con él y han compartido besos, palabras, recuerdos, emociones…
Pedro Ruiz, moderador del acto,comenzó el acto incitando a los presentes a recrear esos “trocitos” de Mercero. Pinceladas, vivencias en torno a un hombre “humilde y cabezón” –tal y como lo ha definido su hijo Antonio–, que recibió el Goya honorífico en su casa. Un director de cine admirado pero también un hombre querido por todos, al que sus vecinos aplaudieron desde el patio de su casa cuando se emitió la gala de los premios Goya en televisión.
“Alegre, cariñoso, juguetón, humilde, persistente y un poco payaso”, fueron los adjetivos que le ha dedicado en este homenaje su hijo Antonio Mercero. Un hijo que contó también anécdotas como cuando su padre que se ponía “solemne”. Dos veces llamó seriamente a su hijo a su despacho. La primera, con diez años, para que se hiciera de la Real Sociedad; la segunda, cuando tenía que elegir carrera y le pidió que no hiciera Periodismo y se dedicara al cine. En las dos ganó Mercero padre, aunque en la última tuvieron que pasar algunos años para ver a su hijo creando guiones. “Escribe directamente y cercano a la gente” fue su único consejo.
También contó que en su casa, cuando sus hijos veían por la noche las películas de la colección de su padre, él se quedaba un minuto con ellos, y les lanzaba comentarios como “esta secuencia hay que verla de rodillas”, y luego, somnoliento, decía: “Bueno, bueno, bajad el volumen”.
Recuerdos y anécdotas que fueron añadiendo los participantes al acto como el actor Jesús Guzmán que reconoce que ha perdido ya su nombre por el de Braulio, el inolvidable personaje de Crónicas de un pueblo o el periodista José Manuel Alonso Ibarrola transmite la valentía de haber dirigido en 1972, con las circunstancias sociales y políticas de la época, una película como La cabina.
Los actores Gabino Diego y Miguel Ángel Garzón, conocido por su papel en Farmacia de guardia, añadieron que ellos creen que no se ha valorado como se merece la figura de Antonio Mercero. Miguel Ángel Valero, el entrañable Piraña de Verano azul, recordó cómo Mercero tuvo que ir dos veces al trabajo de su padre en Alcalá de Henares para convencerle de que finalmente dejara a su hijo entrar en la serie.
Juan José Artero, Javi en Verano azul y conocido por su papel en El comisario, fue contundente: “Yo soy actor por Antonio Mercero”. De hecho, el cineasta le regaló hace tiempo una foto de ambos en el rodaje en Nerja. En ella le escribió: “Si tú quieres, podrás ser un gran actor”.