Amor negro
Por Laura Muñoz / Gijón. Fotografías de Pixel Madrid.
Se lleva el amor rosa pero como no sigo tendencias… prefiero el amor negro.
En la Carpa A Quemarropa están debatiendo acerca del papel del amor en la novela negra y de cómo Cracovia sin ti de Carlos Salem y El corazón de Yacaré de Jose Luis Muñoz fueron galardonadas con el Premio de novela romántica villa de Seseña en 2010 y 2008 respectivamente.
Es irónico, como mínimo, mirar a los ojos con Carlos Salem y poder siquiera pensar que te puede relatar una novela rosa.
Que no, que el amor se pinta de rosa siguiendo tendencias que no siempre es necesario seguir.
Me pongo a escuchar esta charla que comienza Cristina Macía diciendo lo que yo estaba pensando: el amor cabe en cualquier parte, de hecho… ¿porqué no iba a hacerlo en novela negra, policiaca o de terror? Además, como dice Salem, hay dos tipos de historias de amor: una es la que pinta al personaje y sus movimientos en la historia y otra la que termina en crímen. Ya tenemos la novela negra y el amor.
La mesa es compartida con Guillermo Orsi, que comenta las obras de José Luis Muñoz y en particular La Frontera Sur como ganadora del Premio Ciudad de Carmona de novela negra 2010. En ella se relata la historia de un monótono vendedor de seguros, conformista y republicano. Llega el día que cruza la frontera y conoce a una mexicana que ha sido explotada sexualmente por su hermano. El personaje ya empieza a notar las diferencias entre Norteamérica y un pueblo fronterizo como es Tijuana. Como no podía ser de otra manera, se enamora perdidamente de esta india castigada por la vida y lo que empezó siendo una leve reeducación de sus costumbres termina siendo la crónica de una obsesión. Es este amor repentino el que consigue ponerle en jaque y entra en un universo, desconocido hasta entonces para él, que amenaza con romper la estabilidad de su vida.
Así es como Orsi nos presenta la obra de José Luis, nada más y nada menos.
El narrador de Cracovia sin ti es un gato al que Salem ha llamado “Gato” porque no tiene mucho sentido romperse la cabeza con estas cosas cuando uno escribe. Los protagonistas son Daniel y Daniela para seguir con la tónica del principio y no malgastar energías.
Una historia la de Cracovía sin ti que va así:
Daniela odia a los encantadores
de serpientes.
Daniel es un encantador de serpientes.
Daniel y Daniela no se conocen.
Gato conoce a los dos, los ve desde su tejado.
Las estaciones se tatúan de forma provisional en la piel de Madrid mientras la vida fluye, las cosas cambian y las personas también.
Daniela comienza a trabajar en una agencia de publicidad.
Daniel también.
Uff…¡Trabajan juntos!
Ya se conocen.
Tenemos un problema.
Ella le hace prometer a él que nunca, nunca, nunca terminarán juntos (¿nadie le explicó a esta chica que nunca debes decir jamás? Tres nuncas equivalen a un jamás y un jamás suele convertirse en un por favor).
Él acepta.
Daniela quiere que rompa su promesa.
Él quiere romper su promesa.
Y hasta aquí puedo leer.
Yo no sé si alguien tendrá la ansiedad de saber que pasará con los “danieles” de esta historia, pero yo tengo unas ganas de saber si el nunca, nunca, nunca se convertirá en ojala…
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Aunque su aspecto da miedo, no le tengas miedo a Carlos – TODAS sus novelas (y relatos) son en esencia historias de amor – y otras cosas, claro. Y incluso a veces hay desenlaces felices.
La frontera sur tiene pinta de ser muy buena…