Sensible Soccer – El fútbol, como siempre quisimos jugarlo
Por Daniel Muñoz.
Aprovechando que la selección española de fútbol -o la Roja, en argot moderno- se ha plantado en la final de un mundial por primera vez en la historia de este deporte (a la hora de escribir estas líneas aún no se ha jugado el partido decisivo y mis habilidades adivinatorias están muy por debajo de las del Pulpo Paul, así que no me pronunciaré sobre el resultado), he decidido homenajear al deporte rey desde esta sección hablando de uno de los juegos que menos rigurosos han sido con la simulación de la práctica balompédica y, quizás precisamente por eso, de los más divertidos que se hayan programado jamás.
Desarrollado por los pirados de Sensible Software, el objetivo principal del título es tan simple como difícil de conseguir: pasárselo lo mejor posible. Y, ¿cómo se consigue eso? Pues estos alegres muchachos pensaron que si los jugadores corrían como centellas, el balón pegaba unos botes y cogía unos efectos que para sí los quisiera el Jabulani, y el nivel de desbarre por partido rompía los medidores y alcanzaba cotas estratosféricas, habrían cumplido su misión. Y vaya si lo hicieron.
Aunque tuvo múltiples versiones y reencarnaciones, todas aluden a los mismos principios descritos arriba. Se redondeaba con la inclusión de varios torneos ligueros y la posibilidad de armar competiciones de selecciones nacionales, más la imprescindible opción de editar todos los nombres de jugadores, entrenadores, clubes y países, escudos, y colores de la equipación (aunque a veces era casi más divertido dejar los que venían por defecto, que se saltaban el pago de derechos de imagen modificando ligeramente el referente original de manera ingeniosa). Los parámetros del partido también podían modificarse a gusto del consumidor, y jugar contra la máquina se convertía en un buen entretenimiento para pasar el rato, pero, por supuesto, el modo estrella era el juego a dobles con los amigotes. El quedar todos en casa de uno un viernes por la tarde para organizar liguillas y copas que, normalmente, duraban hasta la mañana del día siguiente era épico.
Gracias a esta fórmula mágica, su éxito fue arrollador y forjó la leyenda que ha llevado al Sensible Soccer a tener permanentemente reservado un rinconcito en el corazón de los jugones y un cachito de sus discos duros. Actualmente se encuentra disponible en el servicio Xbox Live Arcade por unos míseros 800 puntos Microsoft. Si todavía no lo conoce, hágase un favor y descárguelo; su visión del fútbol nunca volverá ser la misma.
Siempre defenderé que el mejor juego de (no) fútbol era el Nintendo Wolrd Cup para Nes. Ojalá Fifa creará un modo para tirar chilenas, jugar en campos de hielo y meter tajos y pelotazos a diestro y siniestro.
Aún así, trataré de probar este.
¡Ah, el Nintendo World Cup, otro grande del no-fútbol! A mí también me gustaba mucho, pero son conceptos diferentes. La velocidad y el descontrol que se alcanza en el Sensible Soccer es legendario. Lo comento en la reseña, pero es que es de los mejores recuerdos que tengo yo con el ordenador: era juntarnos cuatro amigotes en mi casa, enchufar el Amiga en la tele del salón, y proveernos de algunos víveres para pasarnos la noche echando torneos sin parar.
¡Saludotes y buen vicio!