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Libros de cartón, falta dinero pero no imaginación

Por Ángel Domingo.

Imaginación al poder. Especialmente cuando apenas se cuenta con otros recursos y en el bolsillo sólo hallamos aire. En 2003, el corralito vació las carteras pero no el ingenio de los argentinos. Desde la necesidad tanto material como moral, una cooperativa del barrio de la Boca, en Buenos Aires, creó el proyecto Eloisa Cartonera, que edita libros con cartón. Ayer se presentó su prima española en la librería La Mar de Letras.

Al caer la tarde, las calles de la capital porteña son invadidas por procesiones de familias enteras que recolectan toneladas de cartón por toda la ciudad. Lo trocarán en comida con la que recobrar el ánimo para seguir tirando de sus carros, los cuales forman parte ya del paisaje local como los paseadores de perros o los taxis truchos.

Eloísa Cartonera, explican sus promotores, nació en “aquellos días furiosos en que el pueblo copaba las calles, protestando, luchando, armando asambleas populares, el club del trueque. Por aquellos días, hombres y mujeres perdieron sus trabajos, y se volcaron masivamente a las calles en busca del pan para parar la olla, como se dice, y conocimos a los cartoneros”.

Al principio, recuerdan, “vendíamos libros y verduras. Fuimos un suceso en la calle y en la prensa mundial. Diarios y radios de todos los países del mundo vinieron a fotografiarse con nosotros y ahí nos dimos cuenta que nuestros libros eran hermosos y que la gente los quería…”

Fabricar un libro cartonero, “es de las cosas más fáciles de este mundo”. El proceso es el siguiente: “compramos el cartón especialmente seleccionado. Lo cortamos, lo pintamos y le pegamos el interior del libro, que imprimimos en nuestra Multilit 1250, (que lentamente estamos aprendiendo a manejar nosotros, no sin dificultades, pero con la firme convicción de conseguirlo cualquiera de estos días)… ¡Y Listo! Así de simple y bello es un libro cartonero…”

Con ilusión han levantado un inmenso catálogo cercano a los 200 títulos que toca todos los palos. Poesía, cuento, novela breve, teatro, literatura infantil… el proyecto original se ha multiplicado con editoriales cartoneras en varios países de Latinoamérica hasta cruzar el charco a Francia.

Ahora, cuando la crisis golpea sin piedad esta orilla, arriba a España capitaneado por David Giménez, de Los Libros del Imperdible, con Cartonerita Niñabonita. Vende sus ejemplares a 3 y 5 euros. Por ahora ha publicado tres títulos con la vocación de editar libros artesanales baratos.

“De una rosa sale un zarzal, y de un cartón un libro. De una cartonera una editorial”, resumen en su web. “Nuestra editorial es una copia, pura y dura, pero en pijo o concheto (pero menos) de las editoriales cartoneras que pueblan el suelo americano. O sea, que nos han conquistado, que ya era hora, con sus propuestas, locas, relocas, humildes y definitivamente transgresoras”.

“Cartonerita Niñabonita, es algo así como aquello de Margarita, ¿está linda la mar?… más o menos. Aquí también estamos en crisis, nos gusta el cartón, y las cumbias (lunáticas). Pues eso. Empezamos”.

El editor David Giménez y el autor Carlos Grassa Toro presentaron ayer Cartonerita Niñabonita en la librería madrileña La Mar de Letras. El poeta, junto a Isidro Ferrer, ha publicado Vladimir&Estragon, un guión escrito en 1997.

Todo a cien recoge “poemas de alto contenido chino, del poeta David Liquen, trabajados día y noche, made in China, baratos como todo lo chino, con fotografías de Saramaga, con cámara de usar y tirar”.

Sir_ope, homenaje de varios autores a Eloísa Cartonera, Nosotros somos Dios, de Dron Cadáver (definido como poeta maldito vocacional), y Poemas de zapatos taciturnos, con texto de Liquen e ilustraciones de GranBob, completan los títulos de partida de esta inquieta(nte) iniciativa.

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