‘Los 12 trabajos de Hércules’ de Miguel Calatayud
Los 12 trabajos de Hércules, de Miguel Calatayud. Alicante, Edicions de Ponent, 2010. Cartoné, 21 cm. x 29.5 cm., 84 pp., 20 €.
Por José R. Cortés Criado.
Este libro es una explosión de color. Lo más llamativo del mismo es la fuerza de éste, que deja de ser un elemento descriptivo más para alcanzar la categoría de elemento narrativo; sin su intensidad el libro no alcanzaría tan alto nivel. Las líneas negras se limitan a marcar el contorno de los personajes, dando lugar a unas imágenes bidimensionales de gran belleza. A la plasticidad de las imágenes hay que añadir la armoniosa distribución de las viñetas
Se trata de una recreación del mito clásico de Hércules, semidios, hijo de Zeus y una mujer humana, adulterio que provocó la ira de Juno/Hera, -la que originó la Vía Láctea con las gotas de leche que se le escurrieron de sus pechos-, adaptada por Calatayud, pero no se trata de una versión mitológica, sino que hace hincapié en la vertiente más humana del héroe, los dioses del Olimpo no hacen acto de presencia.
La leyenda de este ser extraordinario se muestra a través unas pruebas que debe realizar para purgar sus culpas; los doce trabajos que se vio obligado a ejecutar reflejan el sentir del ser humano, y nos enseña que con fuerza e inteligencia podemos sobreponernos a todos los problemas en esta vida. Es un relato de aprendizaje, el de un ser que obedece ciegamente a su hermano, el rey Euristeo, superando todos los retos a los que ha de enfrentarse y madurando al mismo tiempo como persona.
Las ilustraciones nos recuerdan las vasijas griegas; desde las guardas nos encontramos con perfiles y tonalidades propias de la cerámica helena; a este guiño clásico se añade una gama cromática de colores luminosos que exaltan las figuras y deleitan la vista del lector. Hasta las onomatopeyas están plenas de colorido y destacan sobre las imágenes.
Nos encontramos ante una obra elaborada hace casi cuarenta años, cuando el pop-art hizo furor en Occidente transformando las corrientes artísticas de entonces, dotando de colorido y extravagancia todo cuanto el artista pop realizaba; imbuido por esas nuevas tendencias del uso del color, Miguel Calatayud crea esta genial galería de imágenes.
La obra está concebida para ser editada por entregas y dispuesta la paginación de tal modo que el lector las observe dos a dos, tal como aparecen en el libro, para así poder apreciar las tonalidades del capítulo.
Cada trabajo de Hércules tiene su tonalidad especial, así se aprecia por ejemplo en El león de Nemea la profusión de amarillos y ocres; en La hidra de Lerna los tonos verdes y azules; y en cada página se mezclan la seriedad de los dibujos, en cuanto a figuras humanas o edificios y la osadía del color en los paisajes.
Sería imposible elegir una imagen que destaque sobre las demás; son de gran belleza y espectacularidad la que representa a Prometeo encadenado, a Atlas sosteniendo la bóveda celeste, a la hija de Euristeo, o la corza de Cerineo y la del meditabundo Hércules que cierra la historia, por citar algunas.
Hay otras imágenes como la de las ninfas en Las manzanas del jardín de las Hespérides, que me recuerdan dibujos modernistas; en Los caballos de Diómede me llama la atención el colorido de los caballos y la limpieza de sus rasgos, también el paso armonioso de los equinos que conducen a Hércules y Yolao en La hidra de Lerna y el de las amazonas en el cinturón de Hipólita por citar algunos.
A lo largo de los cometidos que debe cumplir veremos un Hércules fuerte, inteligente, astuto, que reflexiona sobre lo que hace y sus consecuencias, por eso conservará la piel del león de Nemea para poder protegerse más tarde cuando se enfrenta al can Cerbero; además es una persona que sabe valorar los hechos por sus consecuencias y así se lamenta de la muerte de Hipólita, la reina de las amazonas, porque una joven princesa quería su famoso cinturón, pero sobre todo aparece muy humanizado cuando reflexiona en la última viñeta y toma la determinación de seguir luchando contra la injusticia de los hombres, sin duda un precursor de Robin Hood o José María el Tempranillo.
En suma una apuesta acertada la que hace Edicions de Ponent al publicar este volumen, que además de la obra de Miguel Calatayud recoge textos de otros autores vinculados al mundo de la historieta y del propio Calatayud que nos habla de la fuerza del héroe puesta a nuestro alcance, humanizándolo para que siga siendo un personaje creíble y familiar en nuestra cultura.
Este volumen confirma la actualidad de la mitología greco-romana y las posibilidades que ofrece para ser contada por medio de viñetas, de las que disfrutará cualquier lector sin distinción de edad o gusto literario.
Miguel Calatayud, que recibió el Premio Nacional de Ilustración 2009 por toda su obra, destaca por sus trabajos de ilustrador para la Literatura Infantil y Juvenil y de historieta gráfica que publicó en revistas como Trinca. Ha obtenido premios prestigiosos como el Lazarillo de ilustración (en 1974 por Cuentos del año 2100) el Premio a la mejor obra del Saló del Cómic de Barcelona (1998, por El pie frito) y en dos ocasiones el Premio a las Mejores Ilustraciones de Libros Infantiles y Juveniles, del Ministerio de Cultura (1989, por Una de indios y otras historias, y 1992, por Libro de las M’Alicias. En el año 2000 fue candidato por España al premio Hans Christian Andersen.