CríticaMúsica

La Troba Kung-Fú – A la Panxa del Bou

Por Regino Ruiz.
El término “música mestiza” siempre me ha dado un poco de desconfianza, no únicamente porque bajo esa etiqueta se junte a grupos de toda calaña, sino porque a menudo se suele confundir ‘mestizaje’ con ‘yuxtaposición’. Sin embargo, cuando se hace bien, salen obras maestras: “Casa Babylon” de Mano Negra, “Blues de la Frontera” de Pata Negra o “Go” de Dusminguet, por nombrar algunas.

Centrémonos en este último:

Érase una vez un grupo llamado Dusminguet. Un grupo que mezcló de todo y le dio rienda suelta a su imaginación sonora. Crearon tres discos para el recuerdo:
“Vafalungo”: el primero, la sorpresa, el color, la anarquía.
“Postrof”: el segundo, el ‘sin límite’, el ‘sin fronteras’.
“Go”: el que recoge lo mejor de los dos anteriores y sintetiza todas las buenas ideas allí expuestas.

Tras esta trilogía llegó el silencio con la disolución del grupo. Pero de las cenizas de Dusminguet apareció hace unos años La Troba Kung-Fú, con un excelente primer disco, Clavell Morenet, que dejó con la boca abierta a más de un descreído del término “música mestiza” (a mí entre ellos). Para su primer disco, La Troba se empapó de la música tradicional catalana para filtrarla con sus nuevas ideas. Así nacieron canciones como “Oriente Miedo”, “Volant” y “Calor, Calor” (¿por qué esta última no fue canción del verano aquél año?)
Tres años después vuelven con A la Panxa del Bou, pero esta vez el viaje, en lugar de dentro hacia afuera es a la inversa. La Troba Kung-Fú sale de La Garriga catalana para viajar a Nueva York, México, Madrid y de nuevo, a Barcelona. Parece mentira que en menos de cuarenta minutos sean capaces de hacer un recorrido por las músicas más universales que existen. El corrido mexicano en “Yo Soy”, el Raggamuffin en “Take Your Time”, la rumba en “Petit Rumbero”, la Cumbia en “María Hernández”…
La Troba Kung-Fú ha conseguido con A Panxa del Bou hacer uno de esos discos con los que uno se alegra de que exista la música. Los géneros que revindica son todos esos que nacieron de la gente que lucha, de la necesidad de hacer música para escapar de la realidad, de cambiar el mundo o de la necesidad de expresarse. Un grupo necesario, sin complejos y con muy buenas ideas. Lo escucho y me quedo con la boca abierta de nuevo.

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